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Ganar y dormir en Champions

  • Rotaciones Con la vista en el Fenerbahçe, Jiménez no cita a Dragutinovic y Escudé a la par que ganan fuerza Maresca y Kone para la titularidad Igualdad Unas palabras de Del Nido han soliviantado sorprendentemente el entorno del anfitrión

Lo ha dicho Del Nido y cartuchos al cañón. "Dormiremos en Champions" fue, refiriéndose a hoy, la frase del presidente sevillista y para eso no se puede escapar la victoria esta noche en Riazor, ese campo que, aunque amigo, fue maldito hasta hace muy poco y al que se vuelve con el anfitrión encrespado por lo que considera una gratuita baladronada del presidente rival. Pero encrespados o, como otras tantas veces, aliados, el estado actual de Riazor no indica que vaya a ser un obstáculo insuperable para este Sevilla tan reencontrado consigo mismo.

No depende sólo el Sevilla de él para dormir mejor esta noche, ni más ni menos que en la confortabilidad de las camas Champions, sino que ha de esperar a que el Barça le pegue el puntillazo al Atlético de Madrid justo a la misma hora, que aquí no hay ventajas para nadie. Así, cuando sean cercanas las diez campanadas de la noche, se sabrán muchas cosas, entre ellas la de que si el Sevilla duerme de una forma o de otra.

Procede insistir en que la situación que atraviesa el propietario del terreno no es la mejor y nada que ver con la de antaño. En estos momentos, y desde que arrancó todo, el Deportivo vive en zona de batacazo por mucho que haya sacado algo la cabeza tras aquel triunfo en el campo del Betis y el del domingo pasado en la visita del Espanyol. Este Dépor que ha vuelto a ser el Coruña de toda la vida es quien marca el límite de la zona catastrófica y eso quiere decir algo, o debe querer decir algo.

Vayamos, por tanto, a la frialdad de los números y veamos cómo es el balance del todavía equipo de Miguel Ángel Lotina como local. Ha comparecido en Riazor doce veces, ha ganado en tres y ha firmado tablas en otras tantas para presentar un desolador saldo de seis derrotas a favor de querencia, que no es moco de pavo. Aquí sólo han caído Betis, Valladolid y Espanyol, han empatado Getafe, Mallorca y Zaragoza y han salido con todo el botín Almería, Atlético de Madrid, Osasuna, Racing, Recreativo y Valencia.

El triunfo del pasado domingo sobre ese Espanyol que se va despeñando de aquellas alturas en que vivió le ha dado mucho aire a la tropa de Lotina; a la tropa y, sobre todo, al propio técnico vasco. Posiblemente haya sido su cabeza la que más ha olido a pólvora de cuantas conforman la nómina de entrenadores de Primera División. Y si no ha sido la que más ha olido a pólvora, sí que puede ser la que más bolas de partido ha visto pasar ante su puerta.

Y tras dejar bien claro que este Dépor no debe ser obstáculo para un Sevilla en condiciones de normalidad, analicemos si, efectivamente, el equipo de Jiménez va a la cita en circunstancias normales. Por ejemplo, la sombra del Fenerbahce va alargándose a medida que se acerca el 4-M y ya se sabe que la visita turca no tiene revancha, de ahí no existe la vuelta atrás y sí hay más balas para arreglar un estropicio hoy en la capital de las Rías Altas.

Esa cuestión y algunos problemas físicos de esos que va dejando la intensidad de la competición hace que Jiménez vaya a entrar en un turno de rotaciones. Con Escudé y Dragutinovic K.O. por problemas no demasiado preocupantes, una duda es si forzará a Adriano o apostará por Crespo para que el brasileño esté al cien por cien el martes. Otro que va a descansar es Poulsen para así aprovechar el buen nivel que ha recobrado Enzo Maresca. Y delante, todo el trabajo para Kone, que está con la musculatura prácticamente intacta, que formará pareja un tiempo con Luis Fabiano y otro con Kanoute... si las circunstancias no lo impiden.

Entonces, ¿qué Sevilla aparecerá, todo de rojo, en Riazor? Pues apostemos por Palop en la portería escudado con Daniel Alves, Mosquera, Fazio y Crespo; el centro del centro van ocuparlo Keita y Maresca, flanqueados por Jesús Navas y Capel para que la avanzadilla la forme Kone con Luis Fabiano y, si las cosas lo aconsejan y permiten, con Kanoute en la segunda parte. Y es que, a la fuerza ahorcan, Manolo Jiménez no tiene más remedio que renunciar a su idea de repetir lo más posible en favor de las rotaciones.

El tiempo en La Coruña es bueno con matices, la lluvia aquí puede aparecer cuando menos se le espera, la temperatura es fresquita sin alardes y el ambiente es de pesimismo con un equipo que asombraba hasta no hace mucho y que ahora anda a machetazos por sobrevivir en una Liga que hasta ganó en el cambio de siglo. Se juega a partir de las ocho de la noche bajo la supervisión del engominado y asturiano de Bruselas César Muñiz Fernández para que antes de que den las diez sepamos dónde duerme el Sevilla si en cama blanda de Champions o en una menos confortable de las de más abajo.

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