Los síntomas de recuperación percibidos en el juego de este Cajasol en las últimas jornadas se quedan en prácticamente nada si el equipo no gana, que es lo verdaderamente importante, y, de una vez, empieza a equilibrar su registro de victorias y derrotas. El peligro de caminar por el borde de una montaña es que, como sople una ráfaga fuerte de viento, existe la posibilidad de perder la estabilidad y rodar hacia el vacío, con lo que ello puede suponer. Por eso, urge ya sumar, como dijo un preocupado Magnano nada más caer contra el Joventut el pasado sábado, porque no conviene que se tuerza más la situación, ya que nadie respira tranquilo cuando sabe que lleva estancado en el límite demasiado tiempo.

Para que la existencia del Cajasol no se complique aún más, y aunque se hable de objetivos a largo plazo en lugar de hacerlo de los números actuales, vencer esta tarde en San Pablo es casi inexcusable, sobre todo si se tiene en cuenta que el rival será el Polaris World Murcia, uno de esos conjuntos a los que, por su condición de modesto, siempre hay que derrotar como local. Los de Manolo Hussein, que han logrado cinco tranquilizadores triunfos en su pabellón -vencieron, entre otros, a Bilbao, Akasvayu y Tau, y sólo perdieron frente al Real Madrid en un apretado choque-, en cambio se han mostrado hasta el momento tan improductivos a domicilio como el propio Caja, ya que tampoco sabe lo que es ganar como visitante.

Aun sin ser determinante, Juanjo Triguero es, sin duda, el jugador más interesante del Murcia. Este pívot valenciano, de 2,08 metros y 24 años, que cumple su segunda temporada en la ACB y que en los dos últimos veranos ha participado en algunas de las Summer Leagues estadounidenses, es el quinto mejor valorado de la competición (17.8), debido a unos promedios de 10.8 puntos y 7.9 rebotes por encuentro, lo que le convierte, hasta ahora, en el máximo reboteador. Junto a Triguero, que difícilmente continuará en Murcia si su proyección sigue en aumento, destacan el siempre rápido y batallador Federico Kammerichs, y los americanos Chris Thomas y Jimmie Hunter. Estos últimos, habitualmente, llevan el peso anotador de los murcianos, entre los que también se encuentran los ex cajistas Diego Fajardo y José Antonio Marco -desechó la opción de pasar al filial del Caja para ir directamente al primer equipo del club de su tierra-, al margen de Javier Fijo y Miguel Ángel Morate, segundo técnico y director general, respectivamente.

De acuerdo a lo que dictaminan las estadísticas este enfrentamiento se presenta, a priori, idóneo para que la mejor defensa del Cajasol vuelva a lucir, pues el Murcia, con 72.27 puntos anotados de media, es el cuarto peor ataque de la ACB. Si se mantiene ese registro, los hombres de Magnano contarán con muchas opciones de conseguir el que sería su cuarto triunfo de la temporada, aunque para ello, además de una buena defensa colectiva y de controlar el rebote, se antoja necesario que Kakiouzis dé continuidad a sus dos últimas actuaciones, que Betts se vuelva más duro bajo su aro y que los exteriores mantengan un porcentaje alto en los tiros lejanos.

En su tercer partido, es de esperar que Miso, el esperado aire fresco que parecía necesitar el bloque cajista, incremente su anotación corroborando los detalles ya mostrados -tiene buena muñeca, penetra con facilidad y, sobre todo, no se esconde y pide constantemente la bola-.

Y, por supuesto, será necesario saber jugar los últimos minutos, en caso de que el encuentro llegue ajustado a los instantes decisivos. Todos estos factores serán clave para lograr la victoria. Independientemente de la entidad del contrincante, y habida cuenta de la situación actual de este Caja, sería considerada como una gran victoria.