Fútbol

Gareth 'Usain' Bale

  • En el galés nadie podrá encontrar nunca a un futbolista implicado en el juego colectivo y combinativo. Es, ante todo, un futbolista físico y concreto que aporta estadística en forma de asistencias y goles.

Fueron los ocho segundos más importantes en la corta historia de Gareth Bale en el Real Madrid, el tiempo que el galés tardó en recorrer 58 metros para marcar el gol de la final de Copa del Rey que le ganó la admiración de todo el mundo. La prensa española lo bautizó este jueves Gareth Usain Bale, síntesis de ese original híbrido entre velocista y futbolista que moldeó el británico en la noche del miércoles, cuando el Real Madrid ganó la final de Copa al Barcelona tras vencer 2-1 con un espectacular gol a cinco minutos del final.

La acción fue casi sobrenatural. Bale inició su carrera en el centro del campo en un momento en el que los futbolistas ya viajaban al límite de sus fuerzas, y a veces mucho más allá. No era el caso del crack blanco. Al cruce salió el defensor Marc Bartra, quien intentó derribarlo. Lo sacó del campo, pero el galés sorprendió a todo el mundo cuando siguió su carrera, regresó al terreno de juego y exigió a su musculado físico un cambio de marcha más para dejar tirado a Bartra. Lo siguiente fue superar a José Manuel Pinto con un suave remate que pasó entre las piernas del arquero. El resto es historia.

Bale mostró su cultura deportiva británica y lejos de irse al suelo con el contacto de Bartra, apretó los dientes y redobló el esfuerzo de su carrera. No es lo que suele hacer el futbolista moderno, que tiene tendencia a irse al suelo en cuanto nota un contacto como el de Bartra con el galés. Fue una jugada descomunal que además sirvió para darle un título al Real Madrid, el primero del galés con la camiseta blanca y el comienzo de la rentabilización de los más de 90 millones de euros.

La prensa española narra el tanto como si se tratara de la hazaña de un guerrero transformado en antílope. "Pocas veces se ha visto una demostración tan nítida de velocidad, potencia y control. Protagonizó una de las cabalgadas más hermosas que recuerdan en el fútbol español". Y As reclamó a sus lectores: "No se extrañen si sueñan con centauros". El gol también tuvo mucho de reivindicación para un futbolista que sufrió críticas durante toda la temporada, algo que iba en el precio de lo que pagó el Real Madrid por él.

Pero en Bale nadie podrá encontrar nunca a un futbolista implicado en el juego colectivo y combinativo del equipo. Él es, ante todo, un futbolista concreto, que aporta estadística en forma de asistencias y goles. Lleva 20 esta temporada. Y, según se vio el jueves, da títulos. La final de Copa añadió otra simbología. Tras el monumental gol de Bale llegó la gran ocasión del brasileño Neymar, el otro fichaje multimillonario de la temporada, pero el jugador del Barcelona estrelló el balón en el palo y se quedó sin la gloria que se llevó el jugador blanco. "Con ese gol, el galés ha justificado los cien millones que se pagaron por él, fue todo un regalo para Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. Todo lo contrario que Neymar, que no se puede decir que haya tenido una buena temporada, acorde con las expectativas que había levantado", razonó Sport.

Horas después de su gol, lo curioso fue ver cómo uno de los futbolistas más tímidos e introvertidos del Real Madrid era capaz de elevar hacia las nubes la euforia en su hinchada, que ahora contempla con nuevas expectativas la semifinal de Liga de Campeones ante el Bayern Múnich, duelo a doble partido que comenzará el miércoles.

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