Los partidos se han trasladado de la cancha a los despachos. Al margen de que sean finalmente 17 o 18 equipos los que disputen la máxima competición de baloncesto nacional la próxima temporada, los rivales del Betis Energía Plus se han reducido a tres en este en este inusual periodo liguero en el que se ha convertido la posibilidad de ser equipo ACB.

Que lo sea el verdiblanco, presidido por un Fernando Moral dispuesto a acudir a los tribunales en caso de que se menoscaben los derechos del club sevillano, dependerá de que se lleve a efecto la medida de gracia de una Liga Endesa de 18 equipos o de que sus adversarios no cumplan los requisitos establecidos por la normativa de la competición.

El que más difícil lo ve es el Gipuzkoa. Desde la ciudad donostiarra consideran que el nuevo coste para jugar en la ACB (dos millones por el valor de participación y 2,3 de presupuesto) puede ser inalcanzable y confían en que las próximas negociaciones rebajen dichas tarifas.

A falta de una decisión definitiva, fechada para el 15 de julio, es el Burgos el que más ágilmente está comprometiendo apoyo financiero para lograr su anhelado ascenso. A los 2,2 millones aprobados por el Ayuntamiento burgalés se ha unido medio millón de la Diputación, con lo que las ayudas públicas ascenderán a 2,7 millones. Con todo, el alcalde de Burgos, Javier Lasalle, prefirió mostrarse cauto por lo que pueda ocurrir en las próximas fechas.

El que parece descartado definitivamente en la pelea por el ascenso es el Palencia. Su presidente, Gonzalo Ibáñez, se mostró aún más pesimista: "Por desgracia, parece que vamos a seguir jugando en la LEB Oro", lamentó.