La Juventus se proclamó matemáticamente y por tercera vez consecutiva campeona de la liga italiana sin haber disputado aún su partido de la trigesimosexta jornada, debido a la derrota de la Roma contra el Catania (4-1).

El revés que sufrió la Roma dejó a la Juventus con una ventaja de ocho puntos cuando quedan por disputarse sólo dos jornadas, por lo que no importa lo que haga hoy el equipo de Antonio Conte contra el Atalanta.

Se trata del tercer título también para Antonio Conte en el banquillo y el trigésimo de la Juventus en el palmarés oficial del campeonato, aunque el club sigan reivindicando que son 32 porque cuenta los que le fueron retirados por el escándalo de las designaciones arbitrales.

El técnico de la Roma, el francés Rudi García, había admitido que el título estaba perdido para su equipo y que se lo adjudicaría la Juventus. "El scudetto no lo espero. Para mí el campeonato está cerrado. Felicidades a la Juventus, una gran sociedad con grandes jugadores", afirmó el francés.

Pero nadie se podía imaginar que la Roma encajaría 4 goles del farolillo rojo del campeonato, el Catania, casi condenado al descenso. El equipo de Conte de esta temporada fue uno de los mejores de la historia, contabilizó hasta ahora 93 puntos y aún tiene tres partidos por delante para alcanzar otro récord, el de los 100 puntos en un campeonato italiano.

El equipo de Conte puede igualar los 97 puntos del récord del Inter de Roberto Mancini en la temporada 2005-06 e incluso superarlo. Esta Juventus de Antonio Conte ganó 30 partidos, con tan sólo dos derrotas y tres empates, en las 35 primeras jornadas.

Salvo algunas jornadas al inicio, la Juve no abandonó el liderato y lo defendió a golpe de récord ante la mejor Roma de la historia. Es el equipo más goleador de la liga, con 75 tantos marcados, y el que menos encajó del campeonato (23).

El único punto negativo en su hoja de servicios esta campaña fueron las competiciones europeas, que se le atragantaron, pues, tras su eliminación en la fase de grupos de la Liga de Campeones, cayó en las semifinales de la Liga Europa contra el Benfica sin acceder a la final de Turín.