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Gol que tapa carencias defensivas

  • Demasiado impetuoso, Monzón trató de agradar en ataque descuidando la retaguardia · Su tremendo disparo de falta rescató al Betis en el marcador

En pocas ocasiones un lateral izquierdo se convierte en uno de los focos de atención de un partido, pero las circunstancias provocaron que muchas de las miradas se centrasen en Monzón. Su inesperada titularidad, ante la baja por lesión de Fernando Vega, las dudas existentes sobre la conveniencia de ejercer la opción de compra que se dispone sobre su pase en el mes de diciembre y su pasaporte argentino, en un fin de semana de rivalidad en la Copa Davis, eran suficientes argumentos como para justificar la atención. Y Monzón ofreció luces y sombras, aunque las carencias quedaron algo ocultas por su soberbio gol, el segundo que consigue como bético.

No comenzó demasiado fino el argentino. Demasiado impetuoso por sus ganas de agradar, tanto al técnico como a los que deciden su compra, el lateral descuidó en demasiadas ocasiones el perfil izquierdo, lo que obligó a continuas coberturas de sus compañeros. Incluso el gol del Sporting vino precedido de una perdida de balón suya, una presión inadecuada realizada por el argentino en el lugar del extremo, que abrió el hueco en su lateral, y que fue aprovechado por Barral para desequilibrar a los centrales béticos.

Las desaplicaciones defensivas encontraban su respuesta en sus incorporaciones por banda. Si se compara el rendimiento de Monzón con el de Fernando Vega, el argentino sale beneficiado en su aportación al juego de ataque. Continuos desdobles con Juanma, salida aseada del balón y buen desplazamiento del mismo le favorecen para las tareas ofensivas. Pero quizás ante el Sporting se hacía más necesaria la presencia de otras virtudes, como la contundencia o la colocación.

Este aspecto sería corregido por Monzón tras el descanso. Seguro que el mensaje de Chaparro tuvo buena parte de culpa de la nueva versión del argentino en el segundo tiempo. Mejor posicionado e intentando ayudar en tareas defensivas, sólo se soltó en ataque cuando lo consideró necesario. Las estadísticas reflejan bien este cambio. Si en los primeros 45 minutos Monzón sólo fue capaz de recuperar un balón, en los segundos acumuló hasta siete, lo que señala bien a las claras ese cambio de tendencia en su juego.

Pero llegaría el minuto 53 y la perspectiva del encuentro de Monzón cambiaría por completo. El lateral ya exhibió en el Camp Nou su potente disparo con la zurda, pero su lanzamiento tuvo consecuencias más allá de un gol de bella factura. El tanto del empate significó el rescate del Betis en el marcador y el primer paso para conseguir la justicia en el resultado. Desde unos 35 metros, Monzón logró un gol que recordó a los mejores lanzamientos de Roberto Carlos, otro lateral izquierdo que hizo de su golpeo de balón un quebradero de cabeza para los contrincantes. Si alguien quiere sumar virtudes a Monzón para justificar su compra, el argentino las ofreció en ataque. Quizás una regularidad de partidos le sirviera para calmar su exuberante físico y dedicarse a salvaguardar su zona más que percutir la de sus contrarios.

La semana deportiva ha venido marcada por un exceso de información procedente desde Argentina. Estreno de Maradona como seleccionador, algo que sigue muy atento Monzón para su futuro más próximo, o la final de la Copa Davis en Mar de Plata situaron a los gauchos como centro de atención internacional. Y el lateral verdiblanco se quiso sumar a la fiesta con un gol que se recordará en los vídeos de los mejores del campeonato. Aunque sirviera para tapar carencias.

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