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Goleada tres años después

  • La última victoria por cuatro tantos se remontaba al 23 de enero de 2005, cuando ganó al Numancia · El Betis de Chaparro recupera los automatismos del triunfo

La fiesta vivida en Heliópolis fue grande y, por un día, justificada. No es habitual que en los últimos tiempos el Betis deleite a la grada con un buen partido de fútbol y, esta vez, lo realizó por partida doble, tanto en juego como en resultado. Desde el 23 de enero de 2005 no vencía el conjunto verdiblanco con tanta diferencia en el marcador. Entonces venció al Numancia y ayer le tocó al Murcia.

Juanito, Assunçao y Oliveira, éste por dos veces, fueron los goleadores en aquel último festín de goles en Heliópolis, que ya apenas se recordaba entre los aficionados. Las aspiraciones del equipo han cambiado tanto desde aquella fecha que ahora ya adquiere casi la categoría de gesta golear a un rival con tanta solvencia.

Precisamente, Paco Chaparro ha recuperado la solidez del equipo bético en Heliópolis, algo básico para conseguir la permanencia con tranquilidad. Cuatro victorias (Almería, Getafe, Madrid y Murcia), un empate (Recreativo) y una derrota (Deportivo) posee como balance el equipo desde la llegada del técnico trianero cuando actúa como local. 13 puntos de 18 posibles en un equipo que estaba prácticamente desahuciado y que ha convertido ganar en una de las opciones posibles, algo que en otros tiempos no tan lejanos, se tenía como un milagro.

Con Chaparro se ha alcanzado esa estabilidad tan necesaria para llevar a cabo un proyecto. Con mejor o peor juego, con más toques o fútbol directo, con unos jugadores o con otros, el técnico ha encontrado cierta regularidad, palabra mágica cuando se habla de un equipo que aspira a los archinombrados 43 puntos. El trianero, además, empieza a encontrar un once definido, que ya se puede casi recitar de memoria. Tres jornadas consecutivas con los mismos jugadores, algo que no ocurría desde la última temporada de Víctor Fernández.

Cuando un equipo que no destaca por su brillantez o calidad técnica logra una goleada con tanta solvencia se debe a que funcionan numerosos detalles y, la mayoría de ellos, se han empezado a trabajar desde la llegada de Chaparro. Las faltas tácticas para frenar los contragolpes contrarios, el aprovechamiento de los extremos o de las virtudes de tu delantero han sido algunas de las recetas para darle más consistencia a un equipo que adolecía de criterio.

Si a esto se suma la presencia de un once que empieza a ser reconocible, donde se aprovecha a los jugadores de más calidad y que se empiezan a generar automatismos entre los mismos, la presencia de una goleada comienza a ser más factible.

Decía Chaparro cuando afrontó la tarea de reflotar al Betis que su idea pasaba por realizar algunos partidos con buen fútbol, a poco que el equipo se soltara. Y lo está consiguiendo. El despliegue ofensivo mostrado en Montjuïc ante el Espanyol, la garra exhibida ante el Real Madrid y el dinamismo de ayer empiezan a refrendar el mensaje inicial del técnico, aunque sea el primero en señalar que aún no se ha conseguido la permanencia, objetivo último de su llegada al banquillo.

Fútbol efectivo y brillante, combinaciones al pie y al espacio o solidaridad entre los jugadores fueron algunas de las claves de la victoria. Sí, una goleada bética más de tres años después, algo conseguido a través de la coherencia y la disciplina impuestas por Paco Chaparro.

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