Numancia | betis · la crónica

Golpe de mano

  • El Betis, con su parsimonia rayana en la indolencia, permitió que el Numancia se adelantase en el marcador, pero la remontada llegaba al filo del descanso · Increíblemente, el Betis se dejó coger en un contraataque que devolvió al Numancia al partido demasiado pronto

Cuatro goles fuera en un equipo que tiene su talón de Aquiles en la falta de gol es una especie de golpe de autoridad, de golpe en la mesa. Es lo que hizo el Betis en Soria tras adelantarse el Numancia en el marcador. Un gol de Emana, otro de Juanito y dos de Mehmet Aurelio voltearon un partido con demasiadas idas y venidas, muchas más de las que el Betis debió permitirle a un equipo que es, con mucho, el peor de toda la Primera División.

Las previsiones giraban en torno a que esta cita en la paramera ha de ser la ideal para que el despertador suene y el Betis salga de ese sueño en que se sumió el domingo anterior. Tras muchos cabildeos consigo mismo, Paco Chaparro decide jugársela con Juanito y es el gaditano el encargado capitanear el equipo aunque también sus alternativas, Melli y Rivas, calientan al ritmo de los designados.

Y otra cuestión que tenía a Chaparro metido en un laberinto de opciones era la del ariete y si en un principio apostaba por José Mari, a la hora de autos optó por Pavone, con lo que el Betis se pone en cancha con Casto en la portería, línea defensiva con Nelson, Arzu, Juanito y Fernando Vega, hace de contrafuerte por delante Mehmet Aurelio, le acompañan los dos de siempre, Capi y Emana, para que el frente de ataque se disponga con Damià, Pavone y Juanma.

Ocurrirá ya en tiempo de juego que el despertador va a hacerse esperar más de lo debido. El Numancia no es nada, pero el Betis se toma la partida tan a título de inventario que hasta da lugar a que los sorianos empiecen a creer en sí mismos, que ya es creer, y se le suban a las barbas de este Betis indolente, que toca y toca pero sin hacer daño y que va a ver con estupor cómo se le adelantan en el marcador.

Estamos al filo de la media hora de juego y hasta ese momento sólo Capi intenta inventar mirando a campo contrario. Pavones había desperdiciado una gran ocasión no más empezar, Damià pudo abrir el marcador en un zurdazo que acarició el maderamen que guarda Juan Pablo, pero se juega a un ritmo tan cansino que se da lugar a que en una concatenación de errores defensivos protagonizados especialmente por Casto, Del Pino marque el primer gol de la fría tarde castellana.

No puede ser que tal ocurra y afortunadamente para el Betis, el desquite llega pronto, justo a los seis minutos del desaguisado. Derribo a Pavone y Emana que restablece el equilibrio de cañonazo alto desde los once metros. A partir de ahí, el Numancia desaparece, ya apenas encuentra Moreno a Del Pino, que es la conexión más presentable de los de Kresic, y el partido toma el rumbo que se presagiaba cuando todo era teoría y la práctica no había hecho su aparición.

Con las tablas nuevamente en el electrónico, crece Mehmet, se orienta algo Emana, sigue sin decir nada Juanma, está perdido Damià y en esto que, al fin, aparece Nelson en ataque. Hace un eslalon por la raya que es cortado bien entrado en territorio enemigo en falta. Como resulta que el único zurdo es Fernando Vega, pues que la saque Vega. Y resulta que el arahalense saca de la chistera un centro magnífico que Juanito cabecea a quemarropa.

Tal lance se desarrolla en el primer minuto del alargue, pero la fiesta no termina ahí, pues uno más tarde ve campo por delante Mehmet y de lejos se decide a tirar para que el portero haga el resto y se vayan los equipos a camerinos con 1-3 tan sorprendente como lógico, pues de uno a otro la distancia existente es sideral. Por lo tanto, y a salvo de alguna espantá bética, todo parece visto para sentencia.

Pero si antes se nombra a la bicha… Con ventaja en el marcador, el Betis se deja coger en una contra cuando sólo se han jugado once minutos de la reanudación. Pecado imperdonable y que denota una falta de solvencia que, recurrentemente, aparece en el Betis y, casi siempre, en el momento más impensable. Barkero fusila a Casto y el Numancia recobra la ilusión y, sólo a un gol de distancia, vuelve al partido.

Pasa el Betis por unos momentos inquietantes, con el balón rondando la zona de influencia de un portero que tiene una asignatura pendiente y que no sabemos si está a tiempo de aprobarla, la de los balones aéreos en centros paralelos que llenan de incertidumbre la tarde junto al Duero. Son demasiados apuros si tenemos en cuenta la poca entidad del contrario, pero esa poca entidad fue determinante para que el Betis no sufriese más heridas.

Y tras el apagón, la luz vuelve y las ocasiones se suceden ante Juan Pablo, pero la poca puntería de Juanma, de Pavone y de Rivera hacen que el resultado no se agrande. Y para que se acaben las inquietudes, el gran Mehmet larga un cañonazo alto que deja la cosa inapelable. El Betis logra su segunda victoria consecutiva como visitante, el despertador tardó en sonar en la gélida tarde soriana y ahora sólo falta desear que el equipo no se sumerja en sueños tan inoportunos como el de la jornada anterior.

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