Era el Gamper de Ibrahimovic, pero el partido se lo llevó el Manchester City frente a la desesperación del Barcelona, que desplegó todas sus armas en el estreno del delantero sueco para asegurarse una nueva edición del Gamper. No fue posible porque un solitario contragolpe del conjunto inglés acabó por amargarle la noche.

Un solo remate entre los tres palos en su única aproximación al área de Pinto le sirvió al City para llevarse el Gamper, el primero para un equipo inglés. Frente al entusiasmo del Barça se impuso la raquítica efectividad del cuadro de Manchester, que desplegó un fútbol mediocre y poco ambicioso.

Al Barça, en cambio, no se le reprochó su persistencia. Tiene un modelo de juego y es fiel a su esquema, frente a rivales de cualquier condición o pelaje, en casa o en domicilio, con lluvia o calor. Pero cuando aparecen 22 futbolistas en un sólo partido, con un buen puñado de imberbes, una ensalada de futbolistas, el equipo corre el riesgo de agrietarse. Y así fue. Derrota por la mínima ante un correoso adversario.