betis-levante

Hablar sobre el césped

  • El Betis, obligado a una victoria que le otorgue tranquilidad tras la semana más lenguaraz de Merino Bruno, Jorge Molina y, quizá, Joaquín, frente a un Levante que se juega la vida

Cuando los relojes por Heliópolis sobrepasen las diez de la noche -¡Qué vergüenza jugar al fútbol a estas horitas!-, se habrá puesto punto final a la previa más larga de un partido. Un avant match, como gustan de escribir en Cataluña, que se inició en las mismas tripas del Vicente Calderón cuando Juan Merino puso en tela de juicio la actitud de algunos de sus futbolistas, entre otras cosas porque de la aptitud les está prohibido hablar a los entrenadores, que si no... Y a ese pospartido con sabor a prepartido le siguieron otras declaraciones del entrenador el martes en la Cope en las que, sin dar marcha atrás, sí suavizó el discurso y desveló, sorprendentemente, el contenido de su terapia con la plantilla e incluso algunos planes, como la titularidad de Bruno o el seguro regreso de Joaquín a la convocatoria.

No entonó el mea culpa el linense, pero no hizo falta. Merino sabe que anduvo desorientado desde la derrota en San Mamés y que sus decisiones no fueron las más correctas ni, quizá, las más justas. Con eso basta. Su convocatoria para la trascendente cita de esta noche deja bien a las claras que ha obrado como un sabio rectificando y castigando, principalmente, al que seguramente acabe en mayo por ser el futbolista más caro de la historia del Betis, ese Leandro Damiao por el que Ángel Haro dejó que Eduardo Maciá sacase de la caja del club nada más y nada menos que un millón de euros y que aún anda en modo pretemporada.

En el once inicial, que no registrará el alta de Vargas, quien sigue lesionado, sí entrará por fin Bruno tras dos semanas de inexplicable banquillazo y, probablemente, Jorge Molina e incluso Joaquín, aunque el portuense tiene cierta competencia en Portillo, Cejudo, Kadir e incluso Petros, éste si Merino optase por que Dani Ceballos partiese desde una banda, algo improbable y más en un encuentro en casa.

No es descabellado, empero, que si el linense eligiese al portuense lo situase en la banda izquierda, donde ya jugó algún partido con Mel y la temporada anterior en la Fiorentina. A menos pique, Joaquín conduce mejor hacia dentro y, desde ahí se perfila para el disparo a puerta o el pase. Su centro desde la banda natural sigue siendo mortífero, pero para llegar a éste tras un desborde necesita ya cierto plomo en las piernas de los rivales, como mostrase frente al Málaga. De inicio, en la derecha, hoy le cuesta irse.

Sea como fuere, el partido ni muchísimo menos es una final, como han vendido tanto Merino como desde el club, con esas innumerables campañas que desvirtúan la esencia de una entidad como la heliopolitana, de ser abonado en sí e incluso de lo que debe significar ir a Heliópolis a animar al Betis. Costumbres tan modernas como abominables si no se producen sólo de manera muy puntual.

El beticismo animará desde el tañido inicial, quién lo duda, a un equipo que, eso sí, debe salir con el cuchillo entre los dientes para hacerle ver al Levante que deberá buscar la salvación en las cinco jornadas siguientes. Para los granotas, colistas y diez puntos por debajo de los verdiblancos, sí es algo parecido a una final, aunque utilizar este término cuando se juega por los posos que deja la Liga y no por las plazas de honor...

Afronta la cita el equipo de Rubi con un solo triunfo como visitante, en El Molinón, y con la baja de dos puntales en su alineación titular, el central Feddal y el mediocampista Verza, los dos futbolistas que equilibran la columna vertebral azulgrana.

El Betis, por contra, asoma sin más baja que la de Vargas y con todo a su favor para hablar de una vez sobre el césped. No ganar esta noche, pero sobre todo perder, sería atiborrar de zozobra el ánimo del beticismo y de nervios e inquietud el de la plantilla y el propio club. Merino ha apostado fuerte con su discurso y ahora queda, más que nunca, en manos de sus futbolistas. Es el partido. Pero final, la que jugó y ganó en 2005.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios