Fútbol l Liga BBVA

Higuaín tapa todas las carencias

  • El argentino, con sus cuatro goles, llevó a la reacción madridista con uno menos

El argentino Gonzalo Higuaín, autor de cuatro goles, lideró la remontada del Real Madrid ante el Málaga. Los blancos jugaron toda la segunda parte con un hombre menos tras la expulsión de Sergio Ramos y se anotaron los tres puntos merced a un ataque de casta que le mantiene en puestos de Liga de Campeones.

En un partido más que entretenido, Antonio Tapia calcó en el Bernabéu el once que recibió al Barcelona (1-4) en La Rosaleda, mientras que Schuster, que afrontaba el choque con las bajas de Robben, Pepe y Van Nistelrooy, optó por alterar su sistema.

El Madrid debía evitar un nuevo traspié, tras las derrotas ante la Juventus y el empate en Almería, con el fin de mantener bloqueado su dispositivo de alarma. Que, sin embargo, se activó pronto, en el sexto minuto, cuando el portugués Eliseu dejó en evidencia a la defensa madridista y puso el 0-1.

La situación se corrigió por momentos tras una gran acción de Guti, habilitando a Marcelo, cuyo trallazo despejó Arnau, que no pudo impedir que Higuaín nivelase el marcador al aprovechar su rechace. Después, Duda advirtió con un disparo lejano, primero. Y, pasado el primer cuarto de hora, le puso un balón de oro -al que no llegó Heinze- al francés Baha, que adelantó de nuevo a los malagueños.

Sneijder lo intentaba, pero era la banda izquierda del ataque blanquiazul la que ponía en aprietos a los locales, que recobraron la respiración a ocho para el descanso, gracias a una doble acción de Higuaín que, primero, picó un balón que tocó con la mano Weligton; y, después, transformó el penalti señalado por Iturralde.

Un árbitro que fue el protagonista del tramo final del primer acto al mostrarle la roja directa al no menos controvertido Ramos, que había pisado el pecho de Eliseu, caído sobre el césped.

Si ya presentaba dudas con el conjunto completo, con uno menos, el Madrid se quedaba a merced de un Málaga cuya afición comenzaba a vislumbrar que podría llevarse los tres puntos.

No fue así, aunque a punto estuvo. Gago derribó a Duda dentro del área, provocando un penalti que transformó Apoño.

Al Madrid sólo le quedaba apelar a la casta y si había alguien que podía encabezar la gesta, ése no era otro que Higuaín. El argentino empató de nuevo de fuerte y ajustado disparo en el 70, y dio la ventaja definitiva a su equipo tras aprovechar el rechace de Arnau a un penalti que él mismo tiró. El penalti, por cierto, fue inexistente. Esta vez, Mijatovic no debió ver mano negra alguna. Sólo debió ver a Higuaín.

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