final de la liga de campeones

Honores para Sergio Ramos... y para Bale

  • El defensa, que ya fue decisivo ante el Bayern, logró el empate en el tiempo de descuento El galés volvió a marcar como en la Copa

La décima Copa de Europa del Real Madrid tuvo ayer dos ases reconocibles, Sergio Ramos y Gareth Bale, los dos héroes indiscutibles de la épica conquista blanca.

El Real Madrid venció por 4-1 al Atlético de Madrid, un resultado que se sitúa a miles de kilómetros de distancia de lo que realmente sucedió en el Estadio da Luz de Lisboa, porque la realidad es que el conjunto blanco estuvo a dos minutos de la derrota.

Corría el tercer minuto de descuento de los cinco programados y el Real Madrid caía por 0-1. Era un córner, la última oportunidad del equipo blanco para equilibrar el duelo. Ahora o nunca. Y ocurrió que Ramos emprendió un vuelo imperial para marcar el tanto de su vida.

En realidad, ésta fue la Liga de Campeones de Ramos, un jugador a quien se le recordaban sus llantos de rabia cada vez que el conjunto blanco caía eliminado del torneo. Tres veces consecutivas en semifinales. Ramos no quería una decepción más.

El defensa sevillano marcó gracias a un tremendo cabezazo que recordó a aquellos que protagonizó en las semifinales. Entonces, el Bayern Múnich probó la medicina aérea de Ramos, quien le hizo dos goles en el triunfo 4-0 en campo alemán.

"Nos lo merecemos después de tanto esfuerzo durante estos años", había manifestado Ramos en la previa al encuentro. Lo consiguió.

"Eres el puto amo", le dijo Iker Casillas. Y no exageraba.

El presidente blanco, Florentino Pérez, no pudo reprimirse y saltó desde su silla del palco, quizás lo más cerca que ha estado Pérez de ser un hooligan.

Ese gol valió su peso en diamantes y será recordado durante años. A partir de entonces, y aprovechando la debilidad física de su rival, el Real Madrid se adueñó del partido. Pero no llegaba el tanto que desequilibrara el duelo. Y en éstas apareció Bale.

El galés ya había sido el gran protagonista de la última final de la Copa del Rey, jugada el 16 de abril, al marcar un espectacular gol que valió el triunfo 2-1 del Real Madrid ante el Barcelona a seis minutos del final.

Lo mejor estaba sin embargo por venir. No fue su gol más hermoso, pero sí el más valioso. Fue a los 110 minutos de partido y todo empezó con una espectacular jugada de Ángel di María. No se sabe de dónde, pero el argentino encontró fuerzas para cambiar de ritmo y dejar tirados a dos defensas. Un prodigio. Encaró a Thibaut Courtois, el arquero belga rechazó y Bale se vistió de ariete para cabecear a la red en una secuencia agónica para los hinchas blancos que ocupaban ese fondo.

El resto del encuentro no importó. El Atlético se entregó y llegaron los goles de Marcelo y Cristiano Ronaldo, de penalti.

Pocos se acordarán en las próximas horas de que Cristiano Ronaldo elevó a 17 tantos su récord anotador en la edición de la Liga de Campeones que se cerró ayer.

Lo importante había ocurrido antes y había llevado las firmas de Ramos y Bale.

"Los héroes somos todos", diría el central, pero lo cierto es que sus goles devolvieron el título al Santiago Bernabéu 12 años después del último cosechado. Del fracaso a la gloria en dos instantes fugaces.

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