Baloncesto l Cajasol

Implicación, orgullo, sangre

  • Comas se presenta cifrando la permanencia en "diez triunfos más, unos números de 'play off" · Más que pensar en refuerzos, por ahora prefiere "recuperar a los jugadores que tienen que dar más de sí"

La guerrera de Manel Comas tiene agujeros por todos lados. No le cuenten batallas porque él, seguramente, haya librado el doble. Su semblante, marcado por ese bigote distintivo, es el de siempre, el de ese batallador que no se halla a sí mismo cuando está lejos de la línea de combate. Sabe sobradamente de qué va un banquillo de la Liga ACB, donde todos lo conocen y lo respetan, detalle éste muy relevante. Por eso, el Cajasol lo ha llamado para que se involucre en esta guerra que va perdiendo, pero a la que aún le quedan 17 jornadas de bombardeos. Dice que hay que ganar, al menos, en diez de ellas -"números de play off"- para no firmar la rendición.

"Afronto este reto con toda la ilusión, que no es la ilusión del novato que no sabe lo que dice. Daré hasta la última gota de sangre y de sapiencia que tengo para sacar este encargo adelante, y estoy convencidísimo de que lo lograremos", decía ayer Comas en su presentación como nuevo entrenador cajista -en principio, hasta final de temporada-, demostrando que es una fuente inagotable de grandes titulares. Siempre es de agradecer que el papel se pinte de frases distintas.

Al referirse a su plantilla, Comas habló de "implicación", que es sinónimo del "compromiso" que también requirió y no obtuvo Magnano, su predecesor, al que lo sentenciarion los resultados y la evidente falta de entendimiento con una plantilla que no acertó a controlar. Para eso, precisamente, han contratado al sheriff, para que establezca orden, que es el paso previo hacia el progreso. El año pasado, Bueno e Ignerski ya conocieron en primera persona cuál es su estilo: "Sustituyo a un hombre que no fue el único responsable de esta situación. A los jugadores hay que exigirles plena implicación, pues sin ella los proyectos fracasan. El que tiene una enfermedad grave y se abandona, muere; el que lucha, puede salvarse. No me gusta perder ni al parchís, y cuando pierdo mi mujer desearía estar divorciada. Ni el gato se atreve a pasar por delante. Quiero un disgusto similar en todos".

Segundo concepto estimulante: "orgullo". "Tenemos plantilla para salvarnos. Está compuesta por jugadores que, en su mayoría, son internacionales. Deben tener orgullo para pelear por no manchar sus currículums", apuntó Comas, que reconoció haber visto "casi todos" los partidos de este Caja y conocer muy bien a sus nuevos pupilos: "Ya nos hemos dado muchas bofetadas en el pasado. Kakiozis me dijo que contra mí siempre hizo grandes partidos, y le contesté que más le vale hacerlos ahora conmigo".

Entra en escena el nombre de Kakiouzis, la gran decepción de un plantel devaluado hasta el momento y que quizá está falto de refuerzos importantes que cubran sus lagunas: "Es muy prematuro hablar de fichajes. Ahora, lo más necesario es recuperar a los jugadores que tienen que dar más de sí. ¿Un cuatro? Kakiouzis está considerado como uno de los mejores; sólo hay que hacerle ser importante en el juego del equipo y que él se sienta importante".

Comas ha regresado al Cajasol para ejecutar el golpe de efecto que dé otro aire al equipo. "Cuando se cambia de entrenador, todo el mundo recupera la ilusión. Intentaré que todos se sientan últiles con su rol. Eso sí, no voy a regalar minutos a nadie, sino que se ganarán o perderán mi confianza en cada entrenamiento", explicó el nuevo técnico, que insistió en que "es necesario que los jugadores disfruten, que los partidos no se conviertan en un via crucis". Igualmente, destacó que será vital "recuperar una buena defensa" y que en ataque "el sargento no haga de capitán general".

Sus números están claros: hay que ganar diez partidos. "No se puede dar el máximo unos días sí y otros no. Hay que estar a tope en todos, sin tener en cuenta qué hacen los demás. No nos debe preocupar que el Estudiantes haya empezado a ganar, nos tenemos que preocupar sólo por ganar nuestro próximo encuentro. El día en que nos pongamos a hacer números y vivamos más pendientes de los otros, estaremos perdidos", expresó.

Por último, Comas se refirió al relevante papel que la afición está llamada a jugar en los ocho próximos compromisos que se disputen en San Pablo. "El público tiene que ayudar pero el equipo tiene que dar argumentos para ello. Si pierdes y lo has dado todo, te aplaudirán igualmente; pero si te abandonas, se enfadará con razón".

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