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Jaric y Llull, calmantes de la jaqueca

  • Los escoltas salvan los muebles al Madrid frente a un disminuido y valiente Joventut

El último partido de la serie de cuartos y no había asomado aún la sorpresa copera que siempre, dicen, ocurre. Venció el Valencia, ganó el Barcelona, pasó el Caja Laboral. Quedaba el Real Madrid-DKV Joventut. El favorito, evidente; más aún cuando por la mañana se caía por lesión de la lista badalonesa el exterior Tripkovic.

Los blancos, por mucha vitola de claros candidatos al triunfo que tuvieran, no se encontraron cómodos en un inicio de choque de un valiente Joventut, pese a que Tucker dejaba el perímetro catalán más vacío al estar ausente por completo. El descaro de la Penya, encarnado en Bogdanovic y Tomàs, impidió que el Madrid saliera disparado ya en el primer cuarto; de hecho, el juego estaba muy equilibrado, con alguna ventaja incluso para el bloque de Sito Alonso.

Un cuarto duró la alegría en casa del pobre (en sentido figurado, en comparación con su rico oponente). Messina lanzó el mensaje de endurecer la defensa para que esa exigua ventaja tras el primer parcial (23-20) se cuatriplicara en el intermedio (51-39). Jaric se encargó de esa primera gran ruptura, con su tino en el lanzamiento. Le echó una mano el insistente bajo el aro Reyes y, poco antes del bocinazo del minuto 20, Llull. Al mermado Joventut le tocaba remar contracorriente.

Por eso de ser la Copa, quizás, el color de los partidos cambia y no se sabe por qué. En el minuto 23 ganaba plácidamente el Madrid por 17 puntos (60-43), pero tuvo fe el Joventut para animar el Bizkaia Arena. Todo gracias a un crío llamado Jelinek, un jovencito rubio que penetra como un misil y se juega los triples de siete metros sin problemas. Él, un mejorado Tucker y varias jugadas de dos puntos más adicional redujeron la distancia a siete (63-56), aunque los colegiados castigaron al débil con dos faltas seguidas a la estrella verdinegra, que en el minuto 27 sumaba cuatro.

Ahí paró la reacción de los catalanes un Real Madrid que generó dudas y que resolvió por la calidad de Jaric y Llull, espectaculares en el tiro, ante un equipo disminuido por una sensible baja y sin su referencia a tono. Hoy será otro cantar con el Baskonia. ¿Jugará Bullock? Ayer no la rascó frente a un DKV Joventut, tradicionalmente copero, que no se rindió hasta el final para alegría de la grada.

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