El equipo Astana consiguió en la Vuelta ciclista a California vestirse por primera vez en el año con un maillot amarillo de líder, lo que supone una reivindicación para el conjunto por su ausencia de los próximos Tour de Francia y Giro de Italia.

El estadounidense Levi Leipheimer, campeón en California el año pasado, fue segundo por detrás del holandés Robert Gesink, que corrió los 164 kilómetros de la tercera etapa, entre Modesto y San José en 4.28.29 horas. Gesink aventajó sólo en el sprint final de la montañosa etapa a Leipheimer, que se vistió de amarillo. El norteamericano, tercero en el pasado Tour, es primero ahora con una ventaja de 13 segundos respecto al que era líder, el suizo Fabian Cancellara, y Gesink es tercero, a 15 segundos.

La etapa fue la más dura de la Vuelta a California, que acaba mañana, con cinco puertos de montaña, incluido el Monte Hamilton, a 1.329 metros. La ascensión viene seguida de un descenso de 32 kilómetros.

"Hoy fue el día más duro en los tres años de historia de la Vuelta a California. El equipo Astana tenía algo que demostrar. Estuvo fenomenal", alabó Leipheimer a sus compañeros. El estadounidense ya había advertido de que Astana iba a responder en la carretera a la negativa a dejarles participar en el Tour y en el Giro por su pasado relacionado con el dopaje, lo que supone dejar fuera a estrellas como el corredor estadounidense, el español Alberto Contador, actual campeón del Tour, y el alemán Andreas Kloden. "Estamos realmente frustrados", dijo a Cyclingnews.com el estadounidense. "No nos han dado ninguna explicación. Sus justificaciones son demasiado vagas e inconsistentes", añadió.

"Estamos intentado mantener la cabeza alta, tenemos mucho que demostrar. Lo mejor que podemos hacer es pedalear lo mejor que podamos y seguir luchando. Esperamos que los fans levanten la voz y les hagan saber a los organizadores que las carreras no serán igual sin nosotros. Quienquiera que gane el Tour este año, sin nosotros, no puede sentirse como si fuera el mejor ciclista del mundo", aseguró.

Por su parte, el español Alberto Contador, compañero de Leipheimer, no quiso aceptar la afirmación de los que no entienden su cambio al Astana. "Para empezar tengo contrato y si quisiera irme sería prácticamente imposible. Pero eso, además, no entra en mis planes, porque soy una persona que tiene unos principios. Entiendo que la decisión de fichar por el Astana era un poco arriesgada pero me hago responsable de haberme equivocado", explicó el corredor.