Fútbol l Primera División

La Liga gana en emoción

  • El derrota del Real Madrid ante el Valencia abre el título para Barcelona y Villarreal

El Valencia confirmó su resurrección y, tres días después de eliminar al Barcelona de la Copa del Rey, derrotó al Real Madrid, líder de una Liga que se ha animado, tras el triunfo culé ante el Valladolid y del Villarreal en su visita al terreno del Levante. Los de Bernd Schuster sufrieron la novena derrota en los 17 partidos que han jugado en lo que va de año y tienen ahora al Barça y al Villarreal a cuatro y seis puntos, respectivamente, a falta de nueve partidos para la conclusión del campeonato español.

Una de las sorpresas de la alineación fue Arizmendi. El propio delantero, que jugó como extremo derecho, sentenció el encuentro a falta de un par de minutos para el final, cuando, de sensacional jugada individual, culminó un contraataque con el que, de un plumazo, puso fin al asedio al que estaba siendo sometida la meta de Hildebrand.

Schuster escogió a Baptista fue para sustituir en punta a Van Nistelrooy, con Gago, en el pivote, junto a Guti y sin Diarra.

Es posible que los merengues acusaran la ausencia del africano y sus labores de contención, ya que, poco a poco, el Valencia se fue adueñando del centro del campo, con un Banega muy activo y un Silva finísimo que le puso un balón de oro a Villa, que el asturiano no desaprovechó, anotando el 0-1.

Poco antes, un zurdazo en falta directa de Guti había dejado conmocionado a Marchena, otro de los citados por Luis Aragonés para el amistoso contra Italia del próximo miércoles en Elche. El sevillano fue retirado en camilla y en su lugar entró el ex madridista Helguera. Que, instantes después, observó con sumo placer cómo Raúl le birlaba la cartera a su ex compañero y empataba el partido de cabeza.

Otra de las presencias que despertaba cierto morbo era la del ex jugador del Castilla Mata. Cumplió, pero su actuación no fue decisiva y le suplió Morientes, otro ex, en el 20 de la segunda parte.

Diez minutos antes, sí parecía haberlo sido la de Raúl. Y la de su lugarteniente, Guti. El destino es juguetón y quiso que, 24 horas después de que Aragonés diese por cerrado el sempiterno debate en torno al capitán merengue, éste marcara por partida doble. El segundo, al aprovechar una pincelada del genio de Torrejón, para el que no pocos reclaman un hueco en la selección.

Pero el sino se rebeló de nuevo y quiso que el Domingo de Resurrección, el Valencia, confirmara que ha recobrado sus constantes vitales. Silva provocó un penalti y Villa lo transformó.

El Valencia parecía haber acusado el desgaste del jueves y el Madrid se volcó sobre el área de Hildebrand. La suerte se puso del lado del equipo de Koeman y Arizmendi puso la puntilla.

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