Sevillanos en Londres 2012

Luis Alberto Marco: Olímpico, un sueño aquel 92

  • Luis Alberto Marco debuta en unos Juegos 20 años después de ver a Cacho ganar el oro en Barcelona · Se ve en un buen estado y con la madurez que exige una cita de tanto nivel.

Hay momentos en la vida de un niño que marcan la diferencia, marcan el futuro. Cuando el 8 de agosto de 1992 Luis Alberto Marco (20-08-1986) vio cruzar la meta con los brazos en alto a Fermín Cacho en los Juegos de Barcelona, algo comenzó a resonar en su cabeza. Le faltaban menos de dos semanas para cumplir los seis años, pero ver al soriano levantar de sus asientos a 65.000 personas fue el empujón definitivo para que comenzase a dar sus primeras zancadas por el barrio de Montequinto y tuviera desde esa fecha una ilusión, un sueño que verá cumplido en unos días: ser olímpico.

Pero en la mente del atleta nazareno los retos no acaban. Al contrario. Empiezan ahora, cuando comienza a alcanzar, seguramente, el grado óptimo de "madurez metal y deportiva". Ahora aguanta mejor la presión gracias a los golpes que ha afrontado en su carrera, ya que a pesar de no tener cumplido aún los 26 su fulgurante progresión lo llevó a proclamarse campeón de España bajo techo, por primera vez, con apenas 22 años (Valencia, 2008). En 2012 tendrá la oportunidad de estrenarse como olímpico "y cumplir por fin un sueño que tenía desde muy pequeño". "Es lo máximo a lo que puede aspirar un atleta. A diferencia de otros deportes, como el fútbol por ejemplo, en atletismo siempre van los mejores a los Juegos, por lo que sólo poder ser partícipe de algo así es todo un orgullo para mí", dice Marco, que llegará a Londres después de registrar hace poco su mejor marca personal (1.45,14, el pasado 22 de junio) y con la idea clara de quitarse de encima el estigma de que al aire libre compite peor (al menos en cuanto a resultados) que bajo techo. "En Londres espero quitarme esa espina".

Y es que el de Dos Hermanas lo tiene claro. "El mejor Marco aún está por venir". Y eso que el antiguo ha sido oro cuatro veces en el nacional indoor, una al aire libre, sexto del mundo bajo techo y segundo de Europa... "Sí, pero todavía queda algo mejor. Aún no he sacado lo mejor de mí en cuanto a campeonatos y marcas. Este año estoy en el buen camino y espero de aquí al final de temporada darle otro bocado al crono y bajar del 1.45". Ojalá sea en los Juegos. "Sería una buena señal", dice, y seguramente suficiente para alcanzar sus objetivos en la capital británica: "No me gusta ponerme un techo, pero me gustaría alcanzar al menos las semifinales, como en el Mundial de Daegu de 2011. Rudisha, salvo catástrofe, tiene el oro asegurado. El nivel del 800 es muy alto. Este año en Europa siete atletas han corrido por debajo del 1.45. A esos hay que sumar la legión africana".

Pero, ¿quién dijo miedo? El sevillano es una persona exigente. Tozuda, en el buen sentido. Y lo lleva demostrando desde pequeño. Corría el año 1991 cuando su hermano mayor, Francisco Javier, decidió apuntarse a las escuelas deportivas de atletismo. Como buen hermano menor, Luis Alberto quiso emularlo y se inscribió también, pese a que la edad le supuso algún problema que la calidad pronto se encargó de resolver. "No hay un momento exacto que digas "me dedicaré a esto". Comencé con las pruebas populares -logró el premio a mejor corredor popular de Sevilla en tres ocasiones: en 1996 como benjamín, en 1998 como alevín y en 1999, como infantil-. Cuando era júnior, ya en el 800, lo empecé a tener realmente claro", señala.

En esos momentos, cuando el atletismo se convirtió en prioridad, los ídolos empezaban a cambiar también. "A nivel nacional siempre me gustaron Parra y Redolat. Ya siendo más mayor, era imposible no tener como ejemplo a Antonio Reina. Era juvenil de primer año cuando vi aquella carrera de la Copa del Mundo (2002). ¡Una pasada!". Ese ídolo es ahora su compañero de selección: "Es un hecho insólito. Tres atletas de la misma provincia compitiendo en la misma prueba. En Sevilla siempre hubo buena tradición de mediofondistas, desde que Reina, al que siguió Olmedo, batió el récord de España. Este año ha vuelto a sus marcas de temporadas anteriores y me alegro mucho por él". ¿Y cómo es entrenar con otro gallo comoKevin López en el mismo corral? "Tener un atleta de tu mismo nivel en el grupo de trabajo diario te ayuda. Creo que es positivo para ambos, ya que el pique final te da un plus más".

Pero más allá del atleta loreño y los ídolos deportivos, una persona, Paco Gil, su actual entrenador, ha sido quien más ha marcado su vida deportiva. "Con 12 años me cogió y ahora en 2012 voy a disputar unos Juegos. Gran parte de lo que he conseguido se lo debo a él", asegura agradecido.

Al quinteño le toca afrontar una cita olímpica en la que el atletismo español se examina tras no alcanzar en los últimos campeonatos los éxitos esperados: "Son ciclos y hay que pensar que este deporte tiene una dificultad añadida. Para correr no hace falta nada. A los africanos, cuando empiezan, ni zapatillas. Todo el que quiera lo puede practicar y cualquier país pobre te puede sacar un campeón del mundo. Eso es imposible en otras disciplinas. Por eso hay que valorar en su justa medida cada resultado", asegura Marco, quien odia escuchar unidas las palabras atletismo y dopaje. "Es un problema de todo el deporte. No se puede señalar a ninguno en particular, porque si ya es injusto que haya tramposos, que se meta a los que están limpios en el mismo saco lo es más", afirma un Luis Alberto Marco que en agosto verá cumplido su sueño de niñez. El de mayor, está en camino.

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