El Real Madrid encarriló la eliminatoria copera con una victoria sin brillo (0-2) ante una Ponferradina que ejerció como un rival más que digno. El equipo de Mourinho se encontró con las dificultades previsibles ante una tropa motivada, correosa y espoleada por una afición que casi llenó El Toralín.

A base de ilusión y empuje, el equipo berciano mordió en los primeros minutos ante los blancos, incómodos y con muchos problemas para superar el ordenado planteamiento defensivo del rival. El Madrid, paciente pero poco luminoso, no encontraba profundidad y tenía que conformarse con dominar y capear los ilusionados intentos de la Ponferradina en ataque. El brasileño Yuri, referencia de los locales, protagonizó el primer argumento ofensivo del partido con un vistoso remate de tijera ante el que respondió bien Adán.

Con el paso de los minutos, los blancos empezaron a encontrar algún resquicio en la muralla de la Ponferradina y Cristiano consiguió penetrar hasta una buena posición de disparo, pero Orlando tapó bien para desbaratar el estreno del Madrid. El portugués no llegó en el segundo palo para empujar un pase de Callejón, pero éste sí aprovechó su oportunidad para adelantar a los suyos tras un centro de Khedira.

En la segunda parte, los locales creyeron más aún en sus posibilidades y, por momentos, el Real Madrid perdió el control, con un Sahin que no pudo sacar fruto de su oportunidad y se vio superado por la presión del rival. Los locales tuvieron su mejor ocasión con un disparo lejano de Domenech que se estrelló en el larguero.

La expulsión de Albiol complicó las cosas a los de Mourinho en la recta final y relanzó las esperanzas de la Ponferradina.

Cristiano Ronaldo siguió buscando el gol hasta encontrarlo en una de las suertes preferidas por este Madrid: el contraataque. El luso aprovechó su velocidad para irrumpir en el área y su disparo superó a Orlando.