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Marcos vuelve al hogar

  • El nuevo preparador físico del Betis llega mañana por la tarde a Sevilla procedente de Argentina. "Tengo mucha ilusión, regreso a casa y a un gran club", declara Álvarez.

No sería exagerado afirmar que la contratación de Marcos Álvarez como nuevo preparador físico está convirtiéndose en una sensación entre el aficionado bético. La reputación del técnico, forjada en clubes como Sevilla, Tottenham -donde coincidió con Gustavo Poyet-, Real Madrid, CSKA o Dnipro, es sin duda una de las más apreciadas en su ocupación. El hincha bético, también Marcos Álvarez, espera que su trabajo fructifique en un rendimiento óptimo de la plantilla verdiblanca. Pero, como él dice, habrá que ir paso a paso. El primero de ellos, para comenzar, será su llegada a Sevilla procedente de Argentina: será mañana por la tarde. 

 

"Tengo mucha ilusión. Regreso a mi casa, a un gran club", dijo para la radio del club en sus primeras declaraciones públicas como preparador físico del Betis, hasta ahora técnico del San Lorenzo de Almagro. Álvarez no piensa en otra cosa más que en el trabajo que le espera en la ciudad deportiva Luis del Sol. Ya tiene en su poder un informe de la sección médica del club. Y, nada más aterrizar en Sevilla, según aseguró, recopilará toda la información posible de los futbolistas de la plantilla. 

 

Quizá algo turbado por la expectación que está levantando su llegada, Marcos Álvarez opta por apuntar a quien será el más directo responsable de la marcha del equipo en la temporada 2016-17. "Con quien debería ilusionarse la gente es con Poyet. Además de ser un entrenador entusiasta, luce las virtudes de los lugares donde se ha formado: la supervivencia y competitividad uruguaya, la inclinación por la táctica del fútbol español y la intensidad y nobleza de Inglaterra", resumió Álvarez a la hora de definir las características de Poyet, aún desconocido en la Liga en el ejercicio de su labor como técnico. 

 

La presencia del preparador uruguayo en el nuevo proyecto de Heliópolis fue sin duda un incentivo para Álvarez, quien reveló cómo se desarrolló su fichaje. "Me llamó José Miguel López Catalán, el vicepresidente. Al mismo tiempo, el club hablaba con Poyet, a quien conocía de mi estancia en el Tottenham. Fue otro plus para venir al Betis y no me lo pensé dos veces", declaró antes de confirmar su amistad con Poyet, semejante a la que guarda con Juande Ramos, nuevo entrenador del Málaga. "Mi compromiso es con el Betis. Cuando me comprometo, cumplo", aseveró para zanjar los rumores sobre la posibilidad de una reedición del tándem con el entrenador de Pedro Muñoz.

 

También desgranó Álvarez su metodología de trabajo, en permanente alineación con la del primer técnico de la plantilla. "Para diseñar mi tarea tengo que tener en cuenta lo que quiere el entrenador, con quien me gusta tener una comunicación fluida. De ese modo, en la planificación de la parcela física puedo agregar conceptos técnicos y tácticos. Así puede aprovecharse el tiempo, haciendo que esos preceptos sean más fácilmente memorizados", desveló el sevillano. 

 

"No soy un sargento", dijo al contestar sobre la supuesta dureza de su trabajo, "pero tampoco permito la relajación, pues soy muy competitivo". Álvarez continuó con más detalles sobre sus métodos: "Intento ser cercano, empático con los jugadores, para lograr al cabo que trabajen al máximo. El objetivo es trabajar con intensidad pero en el mejor ambiente posible. Los profesionales, al firmar su contrato, saben que su deber es entrenar al cien, no ser titular los domingos. Es el modo de ser competitivo", aclara un Marcos Álvarez que admite que la meta final es ganar títulos, completando antes el objetivo del "día a día", cultivar "el hambre". Es lo primero que hará en cuanto aterrice en casa, mañana mismo.

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