Nadie parece creer ya en el futuro de Gerardo Martino como técnico del Barcelona: el argentino comenzó hoy a preparar la final de la Copa del Rey de mañana ante el Real Madrid con un intenso ruido de sables a su alrededor y con el mayor de los descréditos.

Martino despertó ayer con las peores noticias que puede leer un entrenador. Mientras varios periódicos españoles aseguraban que no seguirá la próxima temporada en el Barcelona y daban nombres de sus potenciales sustitutos, otros afirmaban que sus jugadores ya no creen en él. En ese ambiente prepara Martino el título, nada menos que ante el archirrival.

"El Tata se va", tituló Sport, que además añadió el nombre del gran candidato a la sucesión: el carismático técnico alemán Jürgen Klopp, actualmente en el Borussia Dortmund. Y As agregó que "ni siquiera el título de Copa" salvaría al argentino. Por su parte, Marca destacó que los futbolistas del Barcelona "ya no creen en Martino" y citó varias causas: entrenamientos sin intensidad, falta de confianza en jugadores como Iniesta o Pedro, ausencia de un discurso motivador, carencias en la preparación de partidos o permisividad hacia Messi.

El capitán del equipo, Carles Puyol, intentó defender ayer a su entrenador, aunque sin demasiado ímpetu tampoco. "Tiene un año más de contrato. Nosotros confiamos en él. Si él y el club creen que debe seguir, le deseo lo mejor. Me parece un buen entrenador. Estamos con él a muerte y él con nosotros", dijo.

La última semana fue devastadora para la imagen de Martino. Primero, el Barcelona se despidió el pasado martes en los cuartos de final de la Liga de Campeones al caer 1-0 ante el Atlético de Madrid, poniendo fin a una racha de seis semifinales consecutivas. Y el sábado cayó contra todo pronóstico ante el modesto Granada para quedar relegado a la tercera posición de la tabla.

Demasiadas decepciones seguidas para un club como el Barcelona, acostumbrado no sólo a vivir con éxito en la elite durante muchos años, sino a marcar una época que, quizá, toca a su fin.

Si el miércoles cae ante el Real Madrid, habrá perdido los tres títulos en juego en el menor tiempo posible, una semana, si se cuenta con que en la Liga española tiene poco que hacer.

Ahora son días duros para un Martino que seguramente hace tiempo que conoce su destino, lejos de Barcelona. Quizá por eso se lo nota más belicoso que nunca en las ruedas de prensa, que comienzan a parecerse a un partido de tenis: uno tira la pelota y el otro responde para generar un rápido intercambio de golpes.

Y ocurre que todavía queda un mes de temporada, semanas que serán muy difíciles para un Martino que deberá a acostumbrarse a seguir escuchando nombres de candidatos a ocupar el banquillo azulgrana para la próxima temporada.

El argentino ofrecerá mañana la rueda de prensa previa a la final de Copa y es fácil suponer que buena parte del contenido de ella se centrará en conocer sus sentimientos sobre lo que le está sucediendo. Es la otra parte, menos amable, de entrenar a un equipo como el Barcelona.