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Maxi y Simao meten al Atlético en octavos

  • Sólo los errores propios inquietaron el triunfo rojiblanco tras el descanso · Los de Aguirre continúan líderes de su grupo

Una primera parte muy cómoda, con goles del argentino Maxi Rodríguez y el portugués Simao, cerró el pase del Atlético de Madrid para los octavos de final de la Liga de Campeones con una victoria ante el PSV Eindhoven (2-1), sólo inquietada en la segunda mitad por los propios errores locales.

El equipo rojiblanco ya está entre los 16 mejores de Europa, mantiene el liderato del grupo D del máximo torneo continental, igualado a ocho puntos con el Liverpool, y encarará la última jornada, con su visita al estadio Velodrome de Marsella, con el primer puesto en juego.

En el silencio casi absoluto de un estadio vacío, sólo alterado por los cánticos de aficionados rojiblancos fuera del campo y por los gritos de los futbolistas, el primer partido a puerta cerrada en los 42 años de historia del Vicente Calderón comenzó con ventaja para el Atlético.

No necesitó mucho el conjunto rojiblanco, el único dominador del choque ante un rival tan conformista como temeroso en sus salidas al ataque, pese a que sólo le valía el triunfo para seguir vivo en el grupo D. Y lo pagó, porque los locales, en una de sus primeras ocasiones, transformaron el 1-0 con rapidez.

Fue en un envío de Seitaridis al área en la que indecisión de un central fue aprovechada por Simao, para batir a Isaksson.

El gol encarriló el billete del Atlético para la siguiente ronda, una situación cada vez más patente con la nula capacidad de reacción holandesa en la primera mitad. Ni en sus pensamientos más optimistas preveía un primer tiempo tan fácil el equipo rojiblanco, más aún cuando antes de la media hora mandaba por un cómodo 0-2.

El segundo tanto, convertido por Maxi con un trallazo imparable para Isaksson a la salida de un saque de esquina y tras un mal despeje de la defensa visitante, y nuevas ocasiones, ratificaron la superioridad local.

Sucedió lo contrario en el inicio de la segunda mitad, en la que el equipo holandés se encontró con un gol inesperado de Koevermans. Fue un aviso para el Atlético, que ya apenas llegaba a la portería contraria, y un impulso de ánimo para el PSV

Aún así, el equipo local tuvo la sentencia en las botas de Sinama y Maxi. En cambio, el Atlético, con una segunda parte desesperante y repleta de imprecisiones, no se apropió definitivamente de la victoria hasta el pitido final del árbitro.

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