Internacional

Messi y su felicidad junto a Maradona

Fue campeón del mundo sub 20, ganó la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Pekín y supo jugar un Mundial con apenas 19 años, pero vivir su primer día como pupilo de Diego Maradona y convertir un gol dejó en segundo plano todo lo demás: el miércoles frente a Francia fue el mejor día de Lionel Messi en la selección argentina.

"Es el día más feliz que tuve en la selección por cómo se dio el partido, por mi debut con Diego, por mi gol y por el nivel del rival", dijo el considerado por muchos mejor jugador del mundo a su salida del estadio Vélodrome, donde cumplió el gran sueño de su mamá: verlo al lado del genio futbolístico más grande que haya dado jamás Argentina.

Como estreno de una dupla que ilusiona a muchos no estuvo nada mal. "Libre e intocable", tituló ayer L'équipe sobre su actuación, mientras que Le Figaro aseguraba que Messi hizo "las delicias de los aficionados por sus arabescos". La realidad es que el delantero del Barcelona apareció en Marsella con su fútbol espectacular por ráfagas. Intentó siempre marcar la diferencia de la manera en la que lo hace en la Liga española cada fin de semana, pero no siempre encontró la precisión necesaria para desequilibrar.

Cuando lo logró provocó el alarido admirado del público marsellés, que lo ovacionó antes de comenzar el encuentro con los mismos decibelios que al propio Maradona. Es una pintura más de lo que es el argentino en el mundo: un jugador admirado por más que juegue en el equipo de enfrente.

Amén de la ansiedad con la que la Pulga encaró un encuentro muy especial para él, a Argentina le faltó creatividad de mitad de campo hacia delante para saber proveer adecuadamente y con constancia tanto a su máxima estrella como a Agüero.

Por lo pronto, la influencia de Diego Maradona está en el ánimo de los jugadores, en reafirmar la idea de que cuando alguien se pone la camiseta albiceleste debe salir a dar la vida.

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