Baloncesto l Cajasol

Milisavljevic frena la última incorporación

  • No vendrá otro alero mientras no se libere la ficha del base, que no admite recibir la mitad del contrato para irse

A mediados de enero, cuando el Cajasol firmó a la desesperada otro base, esa posición que provocó migrañas a los técnicos desde el verano, no sabía que el quebradero de cabeza duraría hasta finales de agosto. A falta de ocho días para que concluya el mes y trabajando en el tema desde mayo, no hay aún solución para que Branko Milisavljevic rompa amarras con el club sevillano. Pedro Martínez y Joan Plaza eran coincidentes en una apreciación: el base serbio no debía conformar la plantilla para la próxima temporada.

Dicho lo cual, este fin de semana llega para empezar mañana la pretemporada. La terquedad del agente, Misko Raznatovic, ha impedido la entente entre las partes hasta el momento. Oriol Humet, ex director general cajista, acordó un contrato de una temporada y media garantizada para conseguir su salida del Lietuvos Rytas. Su representante se agarra a lo pactado y no ha dudado durante todo este tiempo en exigir la cantidad completa, sin perdonar un solo euro, si en el Cajasol quieren desprenderse de él.

Hasta la mitad de su ficha, una de las más altas de la plantilla, pues supera el medio millón de euros brutos, llegó a ofrecer el club hispalense a Raznatovic, pero éste sigue en sus trece y no ha habido negociación posible. El jugador viene a Sevilla y hará la pretemporada con el equipo, aunque de antemano sepa que no cuenta para Plaza de ningún modo.

En el Cajasol, que reducirá el presupuesto sensiblemente, no queda mucho más por gastar, después de confirmar las llegadas de Asselin -al Manresa se le ha indemnizado con una cantidad que va de los 100.000 a los 150.000 euros- y de Ager, y necesita liberar parte del contrato del balcánico para poder afrontar la última incorporación, un alero alto que hace falta como el comer para compensar una plantilla cuyo punto débil, a priori, está focalizado en el puesto de tres, ya que no hay un hombre de las características de Ignerski para medirse a jugadores superiores a los 2,05 metros que actúan por fuera de la zona, de cara al aro.

Con la boca chica, sin querer hacer ruido e insistir en el asunto, en Sevilla apuntan que ya no pelearán más por San Emeterio, por mucho que hubiera un precontrato firmado. El Baskonia lo quiso echar, luego pedía dinero, unos 300.000 euros, y por último dicen desde Vitoria que cuentan con él. No parece lógico que juegue a las órdenes de Ivanovic, a quien no le interesa el cántabro, y que el argumento único sea que completa el cupo de seleccionables, pues ya hay rumores de que al Caja Laboral puede volver Ariel Eslava para cumplir ese papel como telonero.

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