La selección española de balonmano cumplió con los pronósticos y selló su clasificación para el Europeo de Dinamarca 2014 tras vencer en Guadalajara por un contundente 29-17 a Macedonia.

El equipo de Valero Rivera, al menos en el primer periodo, no pudo repetir la lección defensiva que ofreció el miércoles en Skopje, donde los balcánicos tuvieron que esperar 11 minutos para estrenar su casillero. La zaga volvió a mostrar la misma intensidad , pero los problemas de no estaban atrás, sino en el ataque, pues, a diferencia de la ida, costó enormemente conectar con el pivote Rafa Baena.

Este contratiempo obligó a España a depender en exceso del lanzamiento exterior, posiblemente el punto más débil de los campeones del mundo, lo que no desaprovechó Macedonia. La selección tuvo complicaciones incluso en superioridad numérica, como evidenció el parcial de 0-3 que encajó mediada la primera mitad y que permitió a Macedonia reengancharse (8-7).

Este contratiempo lo solventó España a base de defensa, que ganó en agresividad con la salida de Cañellas, como compañero de Viran Morros en el eje de la zaga, y del joven Aitor Ariño. Varios robos propiciaron despegarse al descanso (12-8) a base de fulgurantes transiciones.

Esta dinámica se acentuó en el arranque de la segunda mitad, en el que España, cada vez más impermeable en defensa, acabó a la carrera con cualquier opción de sorpresa de los macedonios, desarbolados por completo por el contraataque local con Víctor Tomás como punta de lanza. Estas acciones permitieron a los hispanos alcanzar una máxima renta de 10 goles (22-12), diferencia que no aplacó el voraz apetito español, la seña de identidad que mejor ha definido a la selección desde la llegada de Valero Rivera, que posiblemente dirigió su último partido.

España siguió fajándose hasta el final en defensa, con un papel estelar del guardameta Sierra, y no sólo mantuvo su ventaja, sino que la aumentó hasta el 29-17 final.