Álvaro Morata y Aritz Aduriz, los delanteros de la selección española, oponen sus 51 goles entre ambos esta temporada, 14 del primero y 37 del segundo entre sus clubes y el equipo nacional, contra la presión y la responsabilidad del ataque de un candidato al título de la Eurocopa.

Sus potentes números están ahí mientras la supuesta falta de gol es un debate recurrente en torno a la selección, en la que Vicente del Bosque no ha ocultado su preocupación en ese sentido por la efectividad ante la portería contraria. "Que no hayamos hecho gol es una decepción grande", dijo tras la derrota frente a Georgia.

De sus últimos cinco amistosos, tres dentro ya de la preparación final para Francia 2016 y dos el pasado mes de marzo, España se quedó sin marcar en dos de ellos. Al 0-1 de Georgia se une el 0-0 con Rumanía en Bucarest del pasado 27 de marzo. En los otros tres sí marcó: 1-1 con Italia, 3-1 a Bosnia y 6-1 a Corea del Sur.

Más presión para dos debutantes en un gran torneo, los dos nueves de España en la Eurocopa de Francia 2016, Aduriz y Morata, que asumen el peso del gol en una cita continental de la que la selección salió campeona y con el máximo goleador del torneo en las dos anteriores ediciones: en 2008, con David Villa; en 2012, con Fernando Torres.

"La selección tiene unos jugadores de un nivel increíble. Es una maravilla poder estar cerca de todos ellos, entrenando todos los días con ellos. Esto es un pequeño máster de fútbol. Jugar de delantero aquí es un auténtico privilegio y así lo considero. Es una auténtica gozada", valoró Aduriz.

"Es un orgullo ser el delantero centro de esta selección, pero también existe una responsabilidad muy grande que genera mucha presión. Creo que estoy preparado para ser uno de los delanteros", expuso Morata camino del estreno mañana frente a la República Checa.

Tras los dos atacantes está la segunda línea, también con responsabilidad goleadora. Ahí aparecen Nolito, con dieciséis goles este curso; Koke, con cinco; Cesc Fábregas, con seis; Pedro, con nueve; David Silva, con cuatro; Thiago, con uno; e Iniesta, con otro.