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Nadal gana el Godó e iguala el récord de Vilas en arcilla

  • El español se impuso en la final del torneo barcelonés al japonés Kei Nishikori por 6-4 y 7-5.

El español Rafael Nadal sumó su segundo título en semanas consecutivas al ganar el torneo de tenis de Barcelona, después de vencer en la final al japonés Kei Nishikori por 6-4 y 7-5. Tras más de dos horas de dura batalla, Nadal festejó por novena vez sobre la arcilla catalana y así igualó al argentino Guillermo Vilas como el jugador con más títulos sobre esa superficie, con 49 torneos. "Eso no era lo importante. Son cosas que están ahí, pero lo importante era ganar este torneo. Los récords ya los miraré al final de mi carrera", minimizó Nadal sobre la marca conseguida.

El español había sufrido dos inesperadas derrotas en sus últimas participaciones en el Conde de Godó, al caer con Nicolás Almagro en los cuartos de 2014 y con el italiano Fabio Fognini en los octavos de 2015. "Es una semana muy especial por jugar y ganar en mi país", afirmó Nadal. "Es un torneo muy importante e histórico en el calendario". Con este triunfo, Nadal llegó a nueve títulos en tres de los torneos más importantes sobre polvo de ladrillo: Montecarlo, Barcelona y Roland Garros.

Durante la entrega de premios, Nadal reveló que el triunfo también era especial para su madre, que celebraba su cumpleaños, lo que motivó que el publicó comenzó a cantarle el "feliz cumpleaños" en las gradas. Después de un año con más dudas que certezas, Nadal parece haber recuperado su mejor forma en la gira europea de polvo de ladrillo, la parte de la temporada que dominó durante años. La semana pasada lo insinuó con el título en Montecarlo y esta semana lo ratificó en Barcelona, donde ganó el torneo sin ceder un solo set. De esa manera, se llevó dos trofeos en semanas consecutivas, algo que no conseguía desde 2013, cuando se impuso en los Masters 1.000 de Toronto y de Cincinnati.

Tras el partido, Nadal reconoció que está recuperando su estabilidad emocional, algo que admitió haber perdido el año pasado. "Siempre he sido una persona estable emocionalmente, en general en la vida y en el tenis. He aceptado bien los errores y los he afrontado con tranquilidad. Pero el año pasado era todo al revés: todo lo negativo me afectaba muy negativamente y lo positivo no me aportaba mucho", indicó Nadal. "Estaba en estado de ansiedad, así que competía contra los rivales y contra mí mismo. Por eso tiene mucho mérito haber acabado el año como cinco del mundo", añadió el campeón de 14 títulos de Grand Slam.

Este fue el décimo enfrentamiento entre Nadal y Nishikori, primer y segundo preclasificados en Barcelona, con un balance de nueve triunfos para el español y uno para el asiático. Si bien el japonés tuvo ocasiones de quebrar en los primeros dos juegos de saques del español, fue el ex número uno del mundo el que tomó la primera ventaja. Y por más que Nishikori recuperó el quiebre poco después, Nadal se quedó con el set en la primera oportunidad que se le presentó. En la efectividad para aprovechar ocasiones estuvo la diferencia en ese set. Mientras que Nadal quebró en las dos oportunidades que provocó, el asiático apenas pudo concretar una de las ocho que generó.

El segundo set arrancó con un rápido quiebre de Nishikori, que Nadal devolvió de inmediato con otros dos. Sin embargo, el número seis del mundo no se rindió, recuperó la desventaja y parecía capaz de forzar el tie break. En ese momento, el español aceleró y aprovechó un par de errores de Nishikori para quedarse con la victoria. De esa manera, el japonés no pudo celebrar el título por tercera vez en Barcelona, después de haberlo logrado en 2014 y 2015. "Han sido tres grandes años para mí, incluso a pesar de haber perdido hoy. Me siento muy cómodo", dijo el segundo cabeza de serie. "Cada año me siento emocionado de volver a jugar aquí".

Cuando el último tiro del japonés salió de la pista, Nadal dio un gran salto y clavó las rodillas sobre el polvo de ladrillo, justo delante de su banco, donde su tío y entrenador Tony aplaudía junto al resto del equipo. La efusiva celebración significó más que un torneo para el español: es una señal de que su tenis está de regreso. Más tarde, el español completó otro rito: junto con los recogepelotas del torneo, celebró el título arrojándose a la piscina del Real Club de Tenis de Barcelona. Para Nadal fue el título 69º de su carrera, en 101 finales en el circuito, justo antes de llegar al torneo de Madrid. Con este triunfo, el español aparecerá segundo en la carrera rumbo al Masters, apenas por detrás del serbio Novak Djokovic, cómodo líder del ranking mundial.

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