Rafa Nadal no descansa. Si la semana pasada el mallorquín se quejaba de lo apretado del calendario, ahora, apenas un día después de ganar en Montecarlo por cuarto año consecutivo, ya está en Barcelona para buscar también su cuarto título seguido del Conde de Godó, un torneo que no se lo toma como un entrenamiento de cara a Roland Garros.

"Llego con la máxima ilusión, como cada año. La temporada de tierra empezó de la mejor manera posible, y eso me da tranquilidad para todos los torneos. Si me lo tomara como un preparación estaría en Mallorca con mis amigos. Vengo a darlo todo, igual que siempre, porque es una cita especial para los españoles", explicó el balear, que señaló a Moyà, Nalbaldián, Ferrer, Almagro y Blake, como "los rivales a batir".

Sin embargo, lejos de verse en la final, Nadal prefiere mantener "los pies en el suelo", y ahora mismo sólo piensa "en la primera ronda". El manacorí, que aspira a ser el primero en ganar cuatro ediciones del Godó, también señaló que llega a la Ciudad Condal "con muchos más partidos que el año pasado, aunque jugando muy bien, algo que da confianza".

El número dos del mundo, que también participará en los Masters Series de Roma y Hamburgo antes de jugar en París, llega cargado de moral tras volver a levantar un trofeo después de nueve meses. "Es un premio a muchas semanas jugando bien, que me da felicidad y tranquilidad después de perder la final de Miami. Este año llevo más puntos que nunca, pero me faltaba jugar bien el último partido del torneo y eso hacía que tuviera algunas dudas", explicó el mallorquín.

Por otra parte, de la jornada d ayer del Conde de Godó destacó la derrota de Fernando Verdasco en la primera ronda frente a Nicolás Lapentti y los triunfos de los locales Gabriel Trujillo y Marc López ante Eschauer y Minar, respectivamente.