Juan Carlos Navarro fue el revulsivo que necesitó España para mantenerse invicta en su preparación hacia el Eurobásket, en un partido, contra Polonia, que se resolvió en los últimos minutos a pesar de que el equipo de Sergio Scariolo tuvo hasta 11 puntos de ventaja (38-27) en el segundo cuarto.

España no estaba acostumbrada desde hacía muchos encuentros a jugar un final tan apretado como éste, y lo supo resolver con carisma y, sobre todo, gracias al acierto anotador de Navarro y de Marc Gasol, que dejaron sus casilleros particulares en 26 y 18 puntos, respectivamente. España no estuvo acertada en defensa y dejó espacios que aprovecharon en el combinado polaco Ignerski y, sobre todo, Logan, bien apoyados por el resto de sus compañeros.

Dos claros protagonistas tuvo el primer cuarto, uno por cada combinado nacional: Navarro, que anotó 12 puntos de los 20 que consiguió su equipo en este periodo, y el ex cajista Ignerski, que sumó 11 de los 14 puntos polacos.

El peso del segundo cuarto recayó en los hombros de Marc Gasol, que se impuso en un duelo de gigantes a Gotart, al que el pequeño de los Gasol consiguió aplacar, a la vista de los escasos 4 puntos que consiguió en esos 10 minutos, y que el catalán se adornó, en el minuto 16, con un mate que puso el marcador en 32-23.

España se fue al descanso con una renta de cuatro puntos, pero nada más empezar el tercer cuarto los polacos recuperaron y recortaron la diferencia a un punto. Los triples, de uno y otro bando, se encadenaban; los de Scariolo no abrían brecha, con un juego defensivo en ocasiones nervioso y con errores en defensa que propiciaban los balances de los polacos. España empezó mal el último cuarto. Parecía perder el rumbo, con jugadas precipitadas y una defensa desordenada que permitió al combinado de Muli Katzurin adelantar a los de Scariolo, por vez primera en todo el encuentro, en el minuto 36, con un triple de Logan.

España perdió eficacia de cara al aro y combinó algunas jugadas de libro con otras muy poco inspiradas, pero los campeones del mundo sacaron a relucir su calidad individual y su peso como grupo para retomar el papel protagonista.

De nuevo Navarro se hizo grande en la pista. Empató el partido en el minuto 38 (79-79), antes de subir la diferencia hasta los cuatro puntos (83-79) en una canasta a aro pasado después de un robo de balón de Rudy Fernández. El escolta, además, redondeó su actuación con un triple a escasos 20 segundos del final que dejó el marcador en el definitivo 88-83.