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Oriola, un 'erasmus' en Liepaja

  • El catalán se marcha a Letonia para entrenarse esta semana junto a Kristaps Porzingis y otros jugadores Su primera opción es seguir en Sevilla y no duda de la continuidad del club

Fue de los últimos en marcharse de vacaciones y quiere ser de los primeros en empezar el trabajo de pretemporada. Así es Pierre Oriola, un jugador de esos incansables de los que, le salgan las cosas mejor o peor, lo da toda en la cancha. De esos que todo técnico quiere tener en su equipo siempre por su carácter ganador y su lucha. También Luis Casimiro, aunque habrá que tratar este verano el tema de su continuidad. Pero él lo tiene claro: "Mi primera opción siempre será Sevilla".

Su segunda campaña como cajista ha sido más tranquila que la primera en todos los sentidos, si bien al catalán le queda un regusto amargo en lo personal. "El equipo fue de menos a más. Si a la primera vuelta le doy un suspenso, la segunda es de notable alto, casi sobresaliente. La nota media sería de siete, casi ocho si nos hubiésemos metido en los play off", apunta el ala-pívot, que reconoce: "Individualmente, mi evolución fue la opuesta. Empecé a muy buen nivel, quizá cuando el conjunto no estaba tan bien. La segunda mitad del curso sin llegar a ser desastrosa, lo cierto es que no estuve al mismo nivel".

Y es que el ala-pívot, conocedor mejor que nadie de su juego, dio un paso adelante cuando los llamados a tirar del grupo estaban en horas más bajas. "El motivo de mi bajón es la mejoría del colectivo en general. Jugadores que en la primera vuelta no habían asumido su papel como Boki, Bamforth o Balvin hicieron una gran segunda vuelta. En la primera vuelta fueron más irregulares y otros asumimos un papel que no nos tocaba y sobresalíamos, aunque los resultados no llegaron. Después sí que subió el nivel de jugadores importantes y con su mejora el equipo fue a más", explica el de Tárrega, que no dedicará el verano sólo para descansar. Al contrario. Hoy vuela hasta Letonia para entrenarse junto a Kristaps Porzingis y otros compañeros en Liepaja y Riga. "Siempre se aprende algo nuevo. Habrá entrenadores americanos también es una bonita ocasión para disfrutar de una experiencia nueva. Volveré la semana que viene y la intención es irme a algún campus en Estados Unidos. Ya lo hice hace un par de años. Si puedo repetiré. El verano es largo y hay que trabajar para llegar a tope", indica Oriola, que durante el año mantuvo el contacto con Porzingis: "Como persona, pese al éxito, no ha cambiado. Sigue siendo el mismo. Un gran amigo", confiesa.

El reto de Oriola es llegar "a tope" al inicio de la próxima campaña, con la confianza de repetir en la ciudad hispalense. "Se hace raro vivir un segundo año igual, pero soy optimista en que el club saldrá adelante. Sevilla quiere baloncesto y el baloncesto se merece tener un sitio en Sevilla. La gente responde y apoya al equipo de manera incondicional. No concibo otra cosa", señala el interior, que, como otros compañeros, apuesta por la continuidad de un bloque que ha acabó la temporada a un gran nivel y haciendo un juego muy vistoso: "Espero que al menos podamos seguir unos cuantos. Es más fácil trabajar así. Si después se acierta en los fichajes, se pueden hacer grandes cosas con la columna vertebral que este curso reaccionó en la segunda vuelta. Con la filosofía del partido a partido, pero habría que ser algo más ambiciosos".

Y es que el mismo protagonista reconoce que "la temporada se le acabó haciendo corta al equipo". "Nos hubiese gustado seguir jugando. Igual que la primera mitad del curso se nos hizo largo, sobre todo tras las Navidades, en la segunda encontramos nuestro juego y ritmo. En casa pasamos de ser un desastre a convertir San Pablo en un fortín", asegura. En buena medida ello fue responsabilidad de los fichajes y el resurgir de dos jugadores importantes esta campaña: "Lo que me ha sorprendido de Balvin es su cambio de mentalidad. Conociéndolo del año pasado sabía que cuando él quisiera daría ese paso adelante y se convertiría en un pívot determinante. Se vio reforzado con la marcha de Slokar y a partir de ahí no paró de crecer. El techo lo tendrá donde él quiera, porque reúne todas las cualidades para marcar diferencias". Sobre Nachbar apuntó: "Ha demostrado ser un grandísimo jugador. Cuando quiere hace lo que quiere y me gustaría que siguiera. A mí me hace mejorar. Nos completamos bien".

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