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En el Palau, pasión o resurrección

  • Los hombres de Comas visitan al Barcelona con la obligación de recuperar el terreno perdido tras caer ante el ViveMenorca

Sólo el Palau está invicto esta temporada en la ACB, y un Cajasol muy necesitado tras el inesperado tropiezo en casa con el ViveMenorva visita el feudo barcelonista en uno de las fases más decisivas de la temporada. Casi nada, porque los de Manel Comas perdieron una oportunidad de oro para dar un paso casi definitivo hacia la salvación al caer el pasado miércoles, y ahora se ven obligados a recuperar el terreno perdido en un feudo inexpugnable este año.

En otras circunstancias, y atendiendo a la teórica calidad de plantilla, los sevillanos estarían en condiciones de jugarle de tú a tú a los azulgrana, pero la realidad, esa que marca la clasificación, es otra bien distinta y dicta que el Caja lo pasará mal. El equipo no termina de carburar y en partidos vitales ante rivales directos (Fuenlabrada, Gran Canaria y ViveMenorca) no dio la talla. La permanencia pasa ahora por ganar obligatoriamente las tres citas que le quedan en casa (Pamesa, Granada y Unicaja) y rascar algo a domicilio, especialmente ante Estudiantes el próximo sábado. Cazar en un coto cerrado como es el Palau parece complicado, por lo que, sobre todo pensando ya en los colegiales, apostar por un dos en la quiniela es cuando menos osado. Sin embargo, si de algo sabe el Cajasol es de dar la sorpresa cuando nadie lo espera; de dar una de cal tras otra de arena, y quien sabe si hoy tocará cal, ya que los catalanes, pese a todo, se están mostrando muy irregulares.

Para ello, será imprescindible que el juego interior se ponga las pilas, pues el cuadro menorquín se llevó el triunfo de San Pablo gracias a la actuación de Moss y Varda bajo el tablero. Es sin duda la asignatura pendiente de un conjunto que cuando no consigue mayor efectividad desde el perímetro que su rival lo pasa muy mal. El Barça tiene tiradores contrastados como Lakovic, Basile y Pepe Sánchez que pueden romper fácilmente la débil zona cajista, por lo que la intensidad en la pintura deberá ser máxima para no dar esas segundas opciones a las que tanto acostumbran los de Comas. Sin esa brillantez en su baloncesto, los locales sobreviven por el coraje y la calidad de sus jugadores y su fortaleza en casa. No en vano, los catalanes no pierden en su cancha en fase regular desde 19 de noviembre de 2006 ante el Bruesa, y este año sólo el Panathinaikos y la Lottomatica han alzado los brazos en el Palau. La empresa, sin duda, se plantea heroica.

Frente al Cajasol, los azulgrana intentarán imponerse desde la defensa, pues se sienten cómodos en marcadores cortos. Defensivamente, el Barcelona es el segundo mejor reboteador de la ACB (23,84 por partido), pero, curiosamente, es de los que menos rebotea en el aro contrario.

Otro de los problemas a superar para contar con opciones contra el Barça es el de la irregularidad de los anotadores. A Ellis, tras varios partidos soportando el peso del equipo, le cuesta trabajo ver aro y Miso parece desaparecido desde la llegada de Comas, coincidiendo con la reproducción de las molestias lumbares que ya le dejaron fuera dos meses al principio de la Liga. Y para colmo, Bennett sigue jugando con visibles problemas en el talón -ayer se le veía cojeando sensiblemente en el aeropuerto de Sevilla-. Así las cosas, la visita al Barça de Xavi Pascual no llega en el mejor momento, aunque tampoco lo era cuando los catalanes, líderes entonces, visitaron San Pablo y se llevaron un repaso del que, a buen seguro, querrán resarcirse.

Eso sí, con el Barcelona a tres victorias del Madrid, actual líder, el play off prácticamente asegurado y la eliminatoria de cuartos de la Euroliga con el Maccabi a la vuelta de la esquina, pensar en un despiste blaugrana no sería una quimera, pero, claro, siempre que el Cajasol olvide sus pájaras y sea el equipo que todo el mundo espera.

Pasan y pasan las jornadas y la ansiada reacción no acaba de llegar. Semana de pasión, sí... pero también de tensión. Tensión porque el equipo no sabe vivir en la cuerda floja; porque los jugadores piensan más en el encuentro con Estudiantes; y porque una derrota más no haría ora cosa que apretar la soga que el Caja ya tiene en el cuello. Quién dijo miedo.

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