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Al Palaverde, con otra cara (85-84)

  • El Cajasol pierde ante un Menorca al que tuvo contra las cuerdas pero fue incapaz de rematarlo · Los sevillanos jugaron precipitados y sus errores propiciaron la remontada menorquina en la prórroga

Si se conceden 24 rebotes ofensivos (si no es récord de la Liga poco le falta) y el rival lanza 25 veces más a canasta, es casi imposible ganar. El Cajasol llegará al Palaverde con su sexta derrota consecutiva en la Liga, tocado, sí, pero no hundido, aunque en Menorca dejó escapar la oportunidad de engancharse al play off (sobre todo por las derrotas de Unicaja y Valladolid) cuando lo tuvo todo de cara para ganar, pero dejó con vida al rival cuando estaba dispuesto a ser rematado y pagó su abulia y sus continuados errores con un nuevo tropiezo que, sin embargo, no debe pesar el próximo sábado en Italia. Al menos ahora sí que toca pensar en Treviso; ahora es el momento de empezar en la Final Four de la Eurocup una vez pasada la parada, importante, en Mahón, donde el cuadro sevillano apostó definitivamente por vivir un final de Liga relajado, casi sin objetivos, esperando sin más el final de la competición. 

Pudo ganar al final de los 40 minutos y de la prórroga, pero el baloncesto castigó a un equipo que se vio vencedor antes de tiempo porque, por momentos, lo vio demasiado claro. Primero, con 70-71 en el marcador (al que jamás se debió llegar tan ajustado), el cuadro hispalense sacaba de fondo tras una canasta de Ciorciari. Entró Bullock, inédito en todo el segundo tiempo, pero el balón no le llegó ni a él ni a Urtasun, bien defendidos incluso con falta, sino a Satoransky. El checo sólo anotó uno y Sanders forzó la prórroga, no sin que antes Urtasun tuviese un último lanzamiento para decidir. Agua. La segunda oportunidad para ganar fue aún peor: 85-84 y posesión en el campo rival. Satoransky recibe, se hace un lío y el tiempo se agota con Urtasun tirado por los suelos. 

Quizá estas dos acciones resumen a la perfección el despropósito que, pasado el minuto 15, se convirtió el baloncesto del Cajasol, muy precipitado, alocado incluso, ante un rival que ganó más por fe y los errores del rival que por otra cosa. Los 24 rebotes en ataque del los insulares no es el único dato que habla de la falta de concentración hispalense. También las 20 pérdidas o las 13 asistencias de Ciorciari, más que todo el Cajasol (12). Así, en el Palaverde la Benetton manda al Cajasol para casa, pero este conjunto que tantas alegrías viene dando no va a defraudar en Treviso. Tiene ganas, demasiada hambre de Eurocup quizás que le impide darlo todo en la ACB, pero todavía no ha dicho su última palabra, aunque sí parece que los play off se escapan definitivamente, aunque las matemáticas aún lo nieguen. 

Y eso que la cosa no pudo empezar mejor con un arranque fulgurante: un 2-13 fruto de la máxima efectividad: 5/5 en tiros de campo, con dos triples de un motivado Satoransky, otro de Bullock y dos canastas más de Davis. Que los dos norteamericanos del Cajasol jugasen ya es, en sí, una gran noticia para Plaza, que reservó como ya se sabía a Calloway y Sastre. No era el momento de forzar. Parecía que la cosa, a poco que el conjunto hispalense no se despistase, sería coser y cantar, pero el Menorca tiró de orgullo, espoleado por la relajación visitante, para meterse en el choque con un parcial de 9-2 que Bullock rompía con un triple. 

Faltaba constancia de uno y otro lado. El choque se movía por rachas, pero en la pista daba la sensación de que los sevillanos tenían controlado el encuentro y que, casi cuando querían, como si de ciclismo se tratase, daban un nuevo estirón obligando a los locales a hacer la goma. Ocurrió en el primer cuarto, cuando Plaza dio entrada a Cabanas por Ivanov antes que por Katelynas. Pero eso de la goma volvió a repetirse en el segundo acto, cuando los andaluces, después de ir mandando por un cómodo 16-31, fueron incapaces de rematar al rival. El técnico del Menorca, Paco Olmos, pidió tiempo muerto y los suyos reaccionaron hasta ponerse a dos puntos (31-33) con un sonrojante 15-2. ¿Qué pasó? Fácil. El Cajasol creyó tener los deberes hechos y empezó a precipitarse cuando antes acometía organizados ataques, con algún jugador haciendo la guerra por su cuenta. Mal asunto. El Menorca, con Torres haciendo mucho daño en la pintura, aprovechó el regalo cajista para meterse en el partido, aunque sabiendo que la reacción era más fruto de la dejadez del rival que de sus méritos, si bien lo había hecho sin sus mejores: Radenovic, Victor y Donaldson. 

Tanto es así que, cuando ya había hecho lo más difícil, cuando estaba de nuevo a un tiro de ponerse por primera vez por delante en el marcador, el Cajasol aceleró y en poco más de un minuto, lo que quedaba hasta el descanso, cambió el piñón y el plato y arrancó de nuevo. Urtasun comandó el ataque y, en un visto y no visto, seguramente cuando el equipo quiso, un 0-8 volvió a despejar el camino (31-41). Pero el Menorca ya había avisado de lo que vendría después. 

Y después vino lo que ya se ha contado. Exceso de relajación, confianza y una cadena de errores de todo el equipo que acabó en palo. En derrota, la sexta ya consecutiva, con Sanders y Victor en plan estrellas ante un conjunto mermado física y, quizás, psicológicamente. Demasiado tiempo pensando en Treviso y en la Eurocup desgasta mucho. Llegó el momento de jugar de verdad y dejar el turismo.

Ficha técnica:

85 Menorca Basquet (14+17+20+21+13): Ciorciari (4), Huertas, Victor (20), Donaldson (12), Radenovic (12) -cinco inicial-, Limonad, Sanders (15), Caio Torres (11) y Otegui (11).

84 Cajasol (22+19+16+15+12): Satoransky (10), Bullock (9), Ivanov (7), Kirksay (7), Davis (17) -cinco inicial-, Cabanas (2), Urtasun (21) y Katelynas (2).

Árbitros: Redondo, Conde y Calatrava. Eliminaron por faltas a Radenovic y Davis.

Incidencias: Pabellón Menorca. Alrededor de 3.800 espectadores.

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