Fútbol l Primera División

El Racing sigue soñando

  • Un gol de Tchité a poco del final da el triunfo a los de Marcelino, que se acercan a la zona de Liga de Campeones a costa de un Valencia que careció de juego y suerte

El Racing vuelve a soñar con la Liga de Campeones tras ganar por 1-2 en Valencia a un equipo que volvió a ofrecer un pobre espectáculo ante su afición y que esta vez no tuvo suerte cuando la remontada estuvo a su alcance, en una final más importante que la del miércoles en Copa ante el Getafe.

Ganó el equipo que tiene las ideas más claras, que sabe más a lo que juega y que a lo largo de la temporada ha sido mejor que su rival, aunque el castigo para los valencianistas fue excesivo.

El Racing llevó la iniciativa en la primera mitad ante un Valencia que se presentó con muchos cambios en la alineación y que mostró respecto a los últimos encuentros la tímida mejoría de no encajar goles al principio, lo que no fue suficiente argumento para imponer su juego. Prueba de esta dinámica fueron las aproximaciones del equipo cántabro a la meta local, en especial una de Tchité, que se quedó solo ante Hildebrand y echó el balón fuera.

El equipo de Marcelino elaboraba mucho más el juego que el Valencia, que abusaba del envío de balones largos a Morientes que apenas daban opciones al delantero centro del Valencia ante la meta de Toño, que recibió el primer remate con cierta intención en un cabezazo de Baraja. Tras el descanso, el Valencia no mejoró en su juego, pero puso la intensidad que no había puesto en otros encuentros y trató de buscar el resultado con casta y coraje.

Sin embargo, el gol fue para el Racing, que marcó cuando menos ofensivo se mostraba. Colsa remató de cabeza con potencia y aunque Hildebrand evitó el gol, el balón cayó suelto para el propio Colsa, que adelantó al Racing.

Sin apenas tregua, una penetración de Morientes fue cortada en falta dentro del área por Duscher y el árbitro pitó penalti. Villa restableció la igualada con el primer balón que tocó. El Valencia creyó en la remontada a partir del minuto 75, cuando un impecable cabezazo de Morientes se estrelló en el larguero. Dos minutos después, el mismo jugador envió un balón al poste.

Eran los mejores momentos del Valencia y los peores del Racing, lo que no impidió que un contragolpe eléctrico del equipo cántabro acabara en gol de Tchité cuando apenas quedaba tiempo para la reacción de un Valencia que había mejorado sensiblemente, pero que terminó quedándose sin fuerzas para buscar el empate.

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