Después de la tensión que generó la desobediencia de Sebastian Vettel en Malasia, Red Bull decidió renunciar de nuevo a las órdenes de equipo, según aseguró su jefe deportivo Helmut Marko.

"No daremos órdenes de equipo nunca más", indicó Marko, quien también afirmó que el propietario de Red Bull, Dietrich Mateschitz, "estaba muy enfadado tras lo sucedido en el circuito de Sepang". La eliminación de este tipo de medidas devuelve a la escudería su antigua política, que daba libertad de acción a sus dos pilotos. Esto generó disputas en el pasado, pero nunca tan abiertas y serias como las ocurridas en Sepang, que incluso fueron presenciadas por el público y el resto de pilotos en el podio.

Vettel, campeón del mundo las tres últimas temporadas, se disculpó por su acción ante todo el equipo, aunque con matices. "No me disculpo por haber ganado. Para eso fui contratado y por eso estoy aquí", señaló el piloto alemán, que pidió perdón por los problemas internos generados por su acción. En este sentido, el teutón aseguró que debido a su adelantamiento la gente no se fijó en la gran carrera que hizo Red Bull en Sepang: "Lo que queda en la mente es el resultado", señaló el líder de la clasificación mundial antes del Gran Premio de China.