La disputa del play off de ascenso a Segunda División dejó en compás de espera algunas cuestiones ligadas a los despachos y las negociaciones del filial. Las primordiales son las renovaciones de varios jugadores, siendo las del capitán del Sevilla Atlético, Antonio Cotán, y la del arquitecto del plantel, Borja Lasso, las que más apremian a la dirección deportiva.

El contrato de ambos expira el jueves y su primera opción es la de escuchar lo que les ofrecen en la planta noble del Sánchez-Pizjuán. Hace unos días se barajaba la posibilidad de que los dos abandonaran el club rumbo a un equipo de Segunda. Zaragoza, Levante o Valladolid parecían interesados en fichar a Cotán. Un tanto de lo mismo ocurría con Lasso, pretendido, entre otros, por el Barcelona B.

Pero el ascenso facilita la permanencia de ambos, que no tendrían por qué abandonar la disciplina sevillista para seguir con su lógica progresión.

Eso sí, Cotán y Lasso no son los únicos que tienen marcado en rojo en su calendario el próximo 30 de junio. En idéntica situación se encuentran Canedo, Bernardo Cruz, Villapalos, Tena, Barnils, Raúl Navarro y Nané. También su entrenador, Diego Martínez.

Quien no estará en la nueva andadura del Sevilla Atlético será José Antonio Martínez, cuyo contrato también expiraba en dos días y hará las maletas rumbo a La Masía. El Barcelona llamó a su puerta para que se desempeñe en el filial, en Segunda B.

Lo que podría interpretarse como un retroceso de categoría no lo sería tanto, al menos sobre el papel, por tratarse su nuevo club de uno de los mejores del mundo y todo un referente a lo que a la cantera, la propia y la que ficha, se refiere.

La marcha de Martínez, de menos a más en la temporada recién finalizada -disputó 25 partidos, 17 de ellos como titular, y se convirtió en un fijo en las eliminatorias por el ascenso-, podría no ser la única que se conozca en los próximos días. Entre tanto, Monchi y su equipo ya trabajan en las necesarias incorporaciones que deberán cerrarse. De momento ya están cerrados el colombiano Carrascal y el francés Boutobba.