Poco a poco, el Sevilla va encontrando el camino de la normalidad en lo que se refiere a las bajas. Así, para la defensa, la recuperación de Escudé significa un paso adelante importante para que esa línea empiece a recordar a la del año pasado. Por ello, y por el peso específico del jugador francés, Manolo Jiménez se alegró ayer públicamente de su vuelta a una convocatoria después de más de dos meses. Pero no sólo de su regreso, y de las rotaciones que facilitan las altas, habló el entrenador sevillista antes de partir hacia el norte de España. También avisó de las cualidades del Valladolid y de lo cara que venderá su piel.

Jiménez comenzó explicando los motivos por los que configuró una convocatoria en la que, una vez más, Kanoute acabó incluido pese a que terminó muy tocado el partido precedente, como en otras ocasiones. El técnico sevillista explicó que Kerzhakov aún tiene inflamada la corva de la rodilla por el golpe que sufrió ante el Murcia. Y también porque dos jugadores que podrían haber viajado si hubiese hecho falta no lo hicieron: "Mosquera está cargado, pero es más por rotación, porque era el único central que no había descansado últimamente. Martí también está cargado por el esfuerzo en el barrizal de Praga, podría haber forzado pero era mejor que descansara".

Aclarado este aspecto, Jiménez entró de lleno en facilitarse por la vuelta de Escudé: "Escudé está entrenándose muy bien y sólo le falta competir. Poco a poco vamos a ir metiéndolo y es una alternativa para jugar en Valladolid. Había dos jugadores primordiales en esta plantilla, no por que no jugaran, sino porque en el vestuario son ganadores, Javi Navarro y Escudé. Uno ya está en condiciones de jugar y le da más competencia a una línea que hemos tenido muy mermada". Es decir, que si está en la lista no es sólo para hacer bulto.

De las rotaciones y las nuevas posibilidades, a los halagos hacia el contrincante. "El Valladolid es un equipo que va siempre al cien por cien. Son conscientes de sus cualidades y de sus opciones, ansían la salvación, que es su meta, y no nos van a dar ninguna facilidad. Se caracteriza por no dar ningún balón por perdido y tiene arriba mucha velocidad y mucha calidad", advirtió Jiménez. Entonces, ¿será complicado sumar los seis puntos próximos, tal y como solicitó José María del Nido? "Hay que intentarlo. Esas cuentas son fenomenales, pero primero vamos a por los de Valladolid y a partir del lunes, desde que termine ese partido, pensaremos en el Racing".

Lo que sí está claro es que la brillante clasificación para los octavos de final de la Liga de Campeones le da mucho crédito al Sevilla, pero Jiménez lo matiza y reconduce el discurso hacia lo inmediato: "El crédito de esta plantilla es ilimitado, porque el trabajo que hay ahí no lo quita nadie. Las victorias dan gran satisfacción y las derrotas dan mucha rabia por cómo se han producido. El partido de Valladolid es muy importante y queremos ganarlo".

Eso sí, el grupo que tiene en sus manos ya sabía de sus posibilidades antes de terminar líder de su grupo en la Champions y no se deja llevar tanto por los vaivenes de los resultados, según su opinión: "Este equipo sabe que es campeón, que es bueno, que es fuerte. Y sabe qué hechos han acontecido para no rendir como es capaz, son problemas internos que se van subsanando. Y no se es más fuerte porque se desee. Como juego que es el fútbol, puede haber sorpresas, pero este equipo va a ir a más".

Por último, Jiménez dejó caer que la confianza y el crédito en su capacidad debe venir por el trabajo, más allá de los resultados, aunque reconoció que le ha venido muy bien el aldabonazo en la Champions: "A mí me ha venido fenomenal porque se comenta que el equipo gana, juega, golea, y cuando pierde parece que pierde siempre. El presidente me mostró apoyo diciendo que tengo dos años de contrato y yo sé la confianza y el apoyo que tengo. Y eso se puede ver en el trabajo en los entrenamientos, en el día a día en la ciudad deportiva".