Serbia, que dominó durante los 40 minutos en el marcador, necesitó de una gran actuación de Bogdanovic para vencer a una Rusia que se disputará mañana el bronce ante España y alcanzar la final que jugará ante Eslovenia.
Serbia tomó las riendas desde el primer minuto de juego y con velocidad en ataque y una buena defensa sobre el cerebro ruso, Aleksei Shved, comenzó a tomar ventaja. Los serbios dominaron en todas las facetas y dieron la sensación de que abrir brecha en el marcador era sólo una cuestión de tiempo. Al descanso se ya llegó con un claro 34-48.
Tras el paso por vestuarios, Rusia comenzó a arriesgar, sobre todo en ataque. Elevó la velocidad y las circulaciones del balón e incluso logró echar el aliento en el cogote a los serbios (52-57).
Serbia tiró de manual y volvió a correr, a dominar el rebote y a hacer penetraciones en la pintura rival después de largas y rápidas jugadas.
El inicio del último periodo fue de nuevo positivo para los rusos, que se acercaron hasta un 65-69, con Shved ya en los 24 puntos en esos momentos. Y cuando más caliente estaba el partido, a dos minutos para el final, surgió de nuevo Bogdanovic para sentenciar con un triple y cinco puntos seguidos y decidir que Serbia jugara la final ante Eslovenia.
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