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Salvación de sombrerazo

  • Arrollador El Cajasol se aseguró la permanencia en una plaza de primer nivel desarbolando a un grande Temple No hubo nervios cuando el Tau reaccionó en el segundo tiempo

La hazaña en el Buesa Arena, en Vitoria, en casa de un grande, dio la permanencia definitiva al Cajasol en un partidazo, en un triunfo de sombrerazo, una victoria en la que siempre creyeron los chicos de Manel Comas, desde el minuto uno, y que los colocó con 13 éxitos, lejos ya de los 10 de Estudiantes a falta de dos únicas jornadas. La alegría llegó en la primera ocasión en la que el equipo sevillano lograba tres triunfos consecutivos. El entrenador barcelonés quiere más ante Unicaja y Real Madrid. Al fin se respira con alivio, mucho alivio.

Ver para creer. Santo Tomás hecho carne en el Cajasol. Menudo arranque de partido tuvo. El CB Granada no estaba ayudando en su encuentro contra Estudiantes y caía al descanso por 10. Tanto igual les dio a los pupilos de Comas, motivadísimos en este choque. Hubo pitos en el Buesa Arena en el primer cuarto. De veras.

Ahí fue cuando Spahija, técnico de los locales, paró el duelo porque un veterano como Bennett se había marcado tres de tres en triples (2-10). No era un espejismo y este Cajasol lo anotaba todo en un periodo inicial de cine en ataque. Al base de Evanston se le unió al tiempo Ellis, con otras tres canastas desde 6,25 metros para desesperación de una parroquia que quería disfrutar antes de marchar a Madrid para la Final Four. El Baskonia estaba noqueado, pasivo en defensa, y el Cajasol robaba bolas, contragolpeaba. Dios santo qué diferencia de jugar con la soga al cuello o con la tranquilidad de ver que la salvación es casi un hecho. Kakiouzis entró en escena también en el festín ofensivo y al final del primer cuarto la tropa de Comas vencía por ocho.

Los dos técnicos jugaron sus bazas con la defensa zonal, aunque Spahija la mantuvo menos tiempo ante el certero lanzamiento de perímetro de su oponente. Sacó la batería luchadora en el segundo acto el croata, con Prigioni y Vidal como perros de presa de los exteriores hispalenses. Surtió efecto. McDonald rebajó a dos (30-32, minuto 13) y luego Rakocevic recortó a uno (37-38, minuto 16). Se temía lo peor, que llegara el arrebato baskonista.

No ocurrió tal cosa. Miso lideró el ataque y Betts estuvo mejor que nunca desde los tiros libres, algo que recordó con enfado la afición vitoriana. Un triple de Bueno más dos lanzamientos desde la personal de Bennett igualaron la mejor renta visitante: 37-48. En el Tau no son mancos y salvaron los muebles antes del intermedio para dejar un optimista, para los alaveses, 45-52.

En el tercer periodo llegó lo que todos esperaban: la sequía anotadora. El Cajasol dejó de encestar pero el Baskonia no estaba para lanzar las campanas al vuelo. Spahija se equivocaba al no dar más minutos a Vidal y Prigioni y el choque se movió en el equilibrio desde que Betts, que ayer sí hizo un partido de muchos quilates, cometió una antideportiva sobre Singleton. Un triple de Rakocevic igualó a 56 y en el minuto 30 una contra de Teletovic dio un puntito de ventaja por segunda vez en el choque a los locales: 61-60.

No se desmoronó este Cajasol que jugaba sin la presión ni la responsabilidad de otras ocasiones. Los jugadores querían hacerlo bien, muy bien en esta plaza sabiendo que el descenso era casi quimérico con rocambolescas carambolas. Kakiouzis y Bennett estuvieron activos, pero Prigioni y Vidal no paraban de dar guerra.

Aun así, mandaba el Cajasol hasta que Teletovic acertó con un triple para empatar a 68, pero la zona alavesa fue rota por un triplazo de Miso. Le siguió uno de Kakiouzis y si llega a encestar otro el heleno el partido habría finiquitado. No fue así y Teletovic, de tres, y Prigioni, de dos, pusieron al Tau por delante en el minuto 37. Entonces, Ellis, desaparecido tras un primer tiempo de campanillas, se sacó de la manga una canasta con el par encima que dio alas al Cajasol: 77-78. Acto seguido, un dos más uno del implicado anoche Kakiouzis subió a cinco la distancia. El Baskonia se volvió loco con más de un minuto por jugar. Bennett tomó el mando y aseguró desde la personal para ganar por ocho en Vitoria. No es broma.

El alivio fue tremendo, los jugadores se abrazaron igual que lo hicieron cuando vencieron al CB Granada. La diferencia de esta plantilla a la que sufría y sufría en las canchas es que sin la pistola del descenso en la sien se juega con mucha confianza. Al fin Sevilla garantizó su sitio, el que tiene desde hace casi dos décadas, en la ACB. En la ÉLITE.

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