En Grecia hay un equipo que está reventando el mercado: Olympiacos. En El Pireo se van a gastar la marimorena para formar un bloque que rompa moldes. Atención: Papaloukas, Vujcic, Halperin y Childress, entre otros. Ya están confirmados como nuevas incorporaciones para el conjunto heleno. La consecuencia de las entradas es clara: tiene que haber salidas de gente con contrato.

Ahí entra en juego el Cajasol. Desesperado por no dar con la tecla a la hora de firmar a un base bueno, bonito y barato, el club ha decidido tirar por otro camino. Su búsqueda desde hace unos días se centra en un escolta europeo, también de nivel, como estaba pensado el perfil del base.

Y, en principio, suena bien el nombre que pretenden incorporar a la nómina de los 11 elegidos por Manel Comas: Renaldas Seibutis. Lituano de la generación del 85, es un seguro de vida a pesar de su juventud. La experiencia es un grado y el báltico la tiene después de que fuera incorporado a la disciplina de Olympiacos hace tres campañas cuando era un pipiolo pelirrojo.

Criado deportivamente en el Sakalai, donde destacó en su última temporada, se marchó a Grecia con 20 años, aunque no destacó mucho en su primer curso en El Pireo, con medias muy inferiores a las anteriores, anotando entre 6 y 8 puntos, en la Euroliga y en la liga helena, respectivamente.

Fue cedido en el siguiente ejercicio al Maroussi, club en el que vio crecer sus aportaciones hasta los 12-13 puntos por choque. Entonces fue elegido por los Mavericks en el draft y con ellos participó en la liga de verano de Las Vegas.

Regresó a Olympiacos la pasada campaña y apenas ha contado con oportunidades para jugar en un equipo con muchos movimientos. Sólo tres partidos en la Euroliga, uno en la fase regular de la liga y cuatro más en el play off de Grecia sirven de referencia para conocer cómo ha sido el negro curso de Seibutis. De hecho, ha vuelto a competir en la summer league de Las Vegas en pos de buscarse su futuro fuera de Olympiacos. Tiene contrato, pero no habrá problemas para que salga, ya que el club es el primer interesado en desprenderse de jugadores con los que no va a contar.

En Nevada siguió sus pasos Oriol Humet, director general del Cajasol, quien se centró primero en convencer para que se apuntara al proyecto al base finés Petteri Koponen, pero que manejó otras alternativas en caso de fallar, como así fue, la alternativa de la joven perla nórdica.

En la próxima semana, pues, puede quedar aclarada por completo la plantilla de la que dispondrá Comas, ya que Seibutis está a tiro de piedra para sumarse al equipo y tampoco está mal encaminada la negociación con Mire Ilic, el gigante serbio que no ve con malos ojos el entrenador catalán de los hispalenses para que actúe como recambio, a priori, de Juanjo Triguero en el juego interior, que completarán Dusko Savanovic, Warren Carter -aún no confirmado oficialmente por el club- e Iñaki de Miguel.

Seibutis sería el heredero de Donatas Slanina, aunque no son del todo similares en sus funciones. Con estatura muy pareja (1,97 metros), ambos son especialistas en el lanzamiento exterior, aunque Seibutis cuenta con una ventaja que no tenía Slanina: puede actuar como base. No es su posición real, ya que está cantado que se desenvuelve mejor como escolta, pero maneja bien el balón y descargaría de trabajo, si hiciera falta, a Bennett y a Rivero. Éste saldría ganando, sin duda, si llegara un escolta y no un base.