En teoría, sólo en teoría, el lunes será historia en el Betis. Porque Luis Oliver, el navarro que desembarcó en julio, anda cada día más firme en su idea de que el ansiado fallo de la Audiencia Provincial favorecerá sus intereses. Quizá por ello su huida adelante no se detenga y ayer pusiese quién sabe si colofón a ella con una macrofiesta del beticismo.

Lopera ha dejado al Betis en tal estado que lo ordinario, lo normal, se convierte en extraordinario. Bastó el reclamo de Luis del Sol y la construcción, por fin, de un módulo de vestuarios para la cantera para que la ciudad deportiva de Los Bermejales, rebautizada con el nombre del mítico ex futbolista de San Jerónimo, se atiborrara de beticismo.

Nombrar a los presentes, entre ellos todos los futbolistas del club en sus distintas categorías, resultaría interminable. Baste con decir que se vio a alguno de los campeones del 77 y hasta a Manuel Momparlet, que tiene denunciado al club (horas después tuvo noticias del juzgado), o al ex presidente José León.

Del Sol acudió acompañado de una hija y de su nieto Luis y siempre quiso dejar claro que la propuesta la aceptó por la procedencia: el Betis. No entró en detalles de si Luis Oliver, "con quien he hablado dos veces en persona", espetó, y demás políticas al caso. "Hay muchísimos futbolistas en el Betis que han hecho los mismos méritos que yo. Echo en falta a varios compañeros, como Ríos, Areta, Lasa...", añadió, antes de dejar la frase del día: "Yo soy del Betis, no de quien lo preside, y del Betis seré siempre y estaré con él".

Lógicamente, se le preguntó por Gordillo, figura como él y ¿futuro? presidente. "Rafael no tiene una varita mágica, aunque tratará de hacerlo lo mejor posible dentro de sus posibilidades. Yo hablo con él muy a menudo, pero no le voy a dar consejos porque él tiene la suficiente experiencia", apostilló el histórico Del Sol, quien confía a ciegas en el equipo y en Pepe Mel.

El protagonismo hizo un hueco a Manuel Castaño, a quien quizá el Betis le tenga que agradecer algún día su labor con la cantera pese a censurarle su complicidad con Lopera y Oliver. Impulsivo, se vino arriba. "A partir de ahora, los escalafones inferiores no tendrán que jugar fuera cuando su condición sea de local. Esto ha tardado 103 años en conseguirse". Lo ya referido: lo habitual en cualquier club se convierte en excepcional en el Betis.

"El Betis ha querido reconocer el esfuerzo y la dedicación de Luis del Sol y ojalá muchos de los que se entrenen y jueguen aquí sigan su ejemplo", deseó el abogado, quien dice adiós sin rencor: "Deseo mucha suerte a los que vengan, que saquen este barco adelante y que asciendan al equipo".

El presidente, Jaime Rodríguez-Sacristán, dio por "inaugurada" la obra y fue Luis Oliver, ya de manera informal, quien dejó el mensaje de la tarde. "Seguimos con la mano tendida y es una pena que otros no lo hagan. Hasta el rabo todo es toro, hay una sentencia de la Audiencia pendiente y, según nosotros y la Fiscalía, la juez se ha equivocado. Si el lunes nos vamos, será un hasta pronto. Creo que en cuatro meses hemos hecho una labor muy importante y en cuatro años podría ser mucho mejor", argumentó.

Tras dejar algunas opiniones deportivas de menor valor, añadió el navarro: "En el vestuario estaba la gente casi llorando tras el empate, cuando el año pasado perdían y se iban de copas. Hay mucha implicación en el grupo".

Pepe Mel no se metió en vericueto alguno y habló sólo de fútbol. "En Soria igual no merecimos ganar y ayer debimos marcar cuatro o cinco goles y empatamos. La lectura que saco es que en una hora fuimos capaces de crear muchas ocasiones, y eso es lo que nos llevará arriba. Si somos capaces en los quince siguientes encuentros de hacer lo de ahora, estaremos en Primera, seguro. Pero esto es una carrera de fondo y sólo nos fijamos en el siguiente kilómetro, el Córdoba", apostilló el entrenador, quien defendió a Cañas y aclaró que el ostracismo de Arzu obedece a criterios deportivos.