Las metas lejanas ya no lo son tanto. Los objetivos que parecían inalcanzables ya se vislumbran al final de cada esfuerzo. Paquito Navarro ya no es un niño, ha alcanzado un nivel de juego de élite en el pádel y a sus 23 años se afianza en la zona alta de la clasificación mundial, formando pareja con el argentino Adrián Allemandi. Las miradas están ahora en el Masters, que sólo abre sus puertas a las ocho mejores parejas del mundo.

"Es el objetivo primordial. Somos los octavos ahora mismo y la misión es llegar a cuartos de final en los próximos torneos para asegurarnos una plaza en Madrid", asegura Paquito sobre el futuro.

Pero él mira más allá: "Poco a poco todo va cambiando en mi carrera. El pádel está dejando de ser un hobbie para convertirse en una profesión. Y es un privilegio que sea así en estos tiempos".

Hace algunas semanas, tuvo el privilegio de volver a jugar en Sevilla con motivos de los V Internacionales: "Sevilla es muy especial. Juegue bien o mal, el público es impresionante. Es una cita que siempre espero con nervios y muchas ganas". Precisamente en Sevilla el alcance del pádel a nivel de aficionado toma cada día más un nivel inmenso, con más practicantes: "Es increíble. Es el segundo deporte amateur más practicado en España y eso en tiempos difíciles es llamativo. Pasa lo cotrario, el pádel crece".

Paquito sabe que se trata de un deporte que atrae al público con mucha facilidad, por lo que su práctica sigue alcanzando niveles cada vez más altos: "Engancha porque es por pareja. Eso hace que sea más sociable. Y al ser cuatro jugadores, no hace falta reunir a mucha gente y hay menos problemas para jugar. Además, no es necesario ser un crack para disfrutar en este deporte".

La meta de este sevillano está más cerca y sus límites no están establecidos: "Sueño con llegar al número uno. Entreno y lucho para ello. Si lo consigo, bien, y si no al menos lo habré dado todo".