Cuando el fútbol se despoja del componente que más lo embellece, la competición, éste se convierte en otro deporte. El ritmo de juego baja al desaparecer los objetivos colectivos y sólo en las ganas de reivindicarse de algún futbolista o en el talento innato de otros pueden hallarse diferencias que desequilibren la balanza. El Getafe es más que el Betis. Ficha mejor, poco importa que dé la impresión de ser un equipo desmadejado, no muy ordenado y algo heterodoxo en sus formas.

Por eso, y porque actuaba como local y andaba más exigido, manejó mejor el balón y el partido. Pero el Betis goza de mucha clase en la pierna izquierda de Caffa y tiene mejor entrenador que los azulones. Las vueltas de tuerca de Chaparro en pos de encontrar llegada con Capi y sostén con Rivera cambiaron la faz del choque.

Defensa

Los fallos individuales en la zaga han sido una constante durante el último trienio y en el Coliseum, con un césped muy resbaladizo además, brotaron en los minutos iniciales. Algún resbalón o mal control ya hubo antes de que a Lima le faltase contundencia y control ante Manu del Moral en la jugada del 0-1. Luego llegaría el inocente penalti de Ilic que solucionó Doblas.

En las bandas, Odonkor ayudó más que Mark González y Caffa, al acaparar mucho protagonismo, liberó a Fernando Vega.

Ataque

A Chaparro dejó de gustarle muy pronto el centro del campo que había diseñado con Capi como eje y sustituto de Arzu. Así, mediada la segunda mitad, maniobró en busca de más llegada a la puerta de Abbondanzieri. El Betis ni atacaba ni contraatacaba y mejoró cuando el trianero ancló a Juande y liberó a Capi para que su conducción fuese de menos metros. También la pronta entrada de Caffa por Mark González otorgó más fútbol a la banda izquierda, por fuera y por dentro.

Con la entrada de Rivera tras el descanso, y con el paso adelante dado por la defensa, el juego del Betis fue más fluido. Capi, ya absolutamente liberado, y Caffa empujaron al equipo. Juande también combinó mejor.

Virtudes

Loas soluciones tácticas aportadas por Chaparro, perfecto en la dirección de partido.

Talón de aquiles

La endeblez defensiva en algunos instantes, quizá por lo novedoso de la línea.