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Torrot, una luz en el túnel

  • El grupo catalán tiene muy avanzadas las negociaciones para adquirir el club Invertiría más de 13 millones, pero con el apoyo de CaixaBank.

Las negociaciones, a menudo, son un tira y afloja que se cuece a fuego lento. Hay muchos cabos que atar, sobre todo en operaciones de envergadura como es la venta del Baloncesto Sevilla, que parece tendrá un final feliz. Y es que al anuncio de fecha de caducidad (20 de julio) si no se encontraba un comprador publicado esta semana le sigue el del interés del Grupo Torrot, que, si nada lo impide, se hará con el club hispalense para garantizar su viabilidad, siempre de la mano de CaixaBank, que seguiría como patrocinador decisivo y necesario en la continuidad de la entidad.

 

Todavía no está el acuerdo cerrado, aunque lo lógico es pensar que no pasará de los próximos días. No en vano, el interesado, que negocia desde mitad de temporada, cuenta con una opción preferente antes del 30 de junio, fecha importante también en lo deportivo ya que cumplen los contratos y opciones de corte de varios jugadores y es un asunto importante a resolver para que el equipo inicie su nueva andadura con buen pie y no limitado en su planificación.

El Grupo Torrot es una empresa española dedicada fundamentalmente a la fábrica de bicicletas y ciclomotores, aunque la red de empresas que la forman cubren otros ámbitos. De hecho, a la capital andaluza no sólo vendría a invertir en el plano deportivo, sino también en el empresarial creando puestos de trabajo, motivo por el cual cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla. No en vano, Torrot Electric está implantada en Andalucía a al ser socio del Instituto Andaluz de Tecnología (IAT), con sede en la Cartuja.

 

En cuanto al CB Sevilla, las previsiones son invertir unos 13,5 millones de euros en los primeros tres años para asentamiento del club, primero, y potenciar en el futuro un paso adelante, ya que la idea con la que se plantea el proyecto es a largo plazo. De esta cantidad, 5,5 millones correrían por parte del grupo y el resto a través de distintas líneas de crédito, una de ellas con La Caixa, avaladas no sólo por el conglomerado empresarial sino también por la propia familia Contreras, que está al frente del grupo. Así, de cerrarse el acuerdo es probable que el equipo cambiase su denominación y el dueño pusiese su nombre en la designación del club.

 

Todo parece ya más que hablado, pues las negociaciones se vienen produciendo desde hace meses. Y es que a finales de mayo ya estuvo a punto de cerrarse, aunque el enquistamiento de uno de los puntos clave del acuerdo lo había paralizado todo. Ahora parece de nuevo encauzada la situación y todo debería quedar sellado la próxima semana.

 

Igualmente, se habría perfilado el plano deportivo del equipo, en el que la lógica hace pensar en la continuidad del bloque que firmó una brillante segunda vuelta la pasada campaña. Tanto en los despachos, con el presidente Fernando Moral (pieza importante en las negociaciones deportivas y empresariales en los últimos años), que sería el nexo de unión necesario del nuevo propietario con una ciudad muy especial en muchos aspectos, como en la pista. En este sentido, Luis Casimiro, que aún no tiene una oferta sobre la mesa, pero sigue trabajando para el equipo esperando poder atar a piezas como Hakanson, Nachbar, Alfonso Sánchez, Oriola o Jerome Jordan, por ejemplo, esperan alguna propuesta en firme. 

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