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Tradición y 'caparrosismo'

  • El Athletic empieza a recuperar algunos elementos de su historia, a la vez que Joaquín Caparrós impone su sello · Esta temporada es un visitante incómodo

Instalado en un perpetuo debate sobre su idiosincrasia que le hace nutrirse únicamente de jugadores vascos, o a los que permiten aparecer como asimilados, el Athletic gobernado por Fernando García Macua pretende recuperar algunos símbolos de su historia, para lo que, curiosamente, ha confiado en un sevillano de Utrera, Joaquín Caparrós, que está siendo capaz de otorgarle su impronta al equipo de más fiel tradición en España.

La llegada de Caparrós, capaz de introducirse en unos meses en la epidermis de la sociedad vasca, ha significado una revitalización de la cantera, esa Lezama tan fértil en otros tiempos, que permanecía en un letargo demasiado extenso. Al utrerano, como ya le ocurriera en el Sevilla o en el Deportivo, no le ha temblado el pulso a la hora de ofrecer oportunidades a los más jóvenes, a la vez que empieza a recuperar a jugadores como Javi Martínez o, sobre todo, Fernando Llorente, llamados a encabezar un nuevo Athletic, pero manteniendo su filosofía de siempre.

sin balón

Los equipos de Caparrós siempre destacan por su intensidad en el terreno de juego, algo que en el Athletic no iba a ser excepción. Con las líneas replegadas como visitante, los bilbaínos protegen a su defensa con una maraña en el mediocampo. El despliegue físico de Javi Martínez se une a la buena colocación de Orbaiz, aunque éste último será duda hasta el final.

El punta se repliega hacia el mediocampo, a la vez que Yeste también se incrusta con los mediocampistas, para intentar obstaculizar la circulación de balón del contrario. La llegada de Aitor Ocio y la aparición de Amorebieta, baja por sanción ante el Betis, también le han dado solidez, algo que reclamaba el conjunto vasco desde hace algún tiempo.

con balón

La calidad en la circulación del balón no es su principal característica, pero siempre busca a Yeste, auténtica referencia del juego de ataque. Si el zurdo goza de una tarde de inspiración, el Athletic sube enteros. Las alas se suelen incorporar al ataque, sobre todo en el caso de Iraola, al que su vocación ofensiva le lleva a aventurarse en ataque más de una vez.

Si en algún momento necesita recurrir al balón largo no le supone un problema e incluso es capaz de crear peligro con ese tipo de acciones, aprovechando la envergadura de Aduriz o Fernando Llorente, dos delanteros que no rehuyen la pelea y que manejan bien el balón.

lo mejor

La calidad de Yeste para inventarse cualquier fantasía incluso a balón parado. El otro aspecto más destacado es la recuperación de Fernando Llorente, ariete que parecía frenar su progresión, pero al que Caparrós ha empezado a recuperar para alegría del Athletic.

lo peor

El acomodamiento de ciertos jugadores y la falta de calidad técnica de otros.

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