El Sevilla venció al Oviedo Moderno y brindó a su público una victoria para olvidar la derrota de la jornada anterior que supuso el descenso matemático del equipo.

La mañana de ayer regaló a los aficionados un triunfo claro pese al apretado marcador final, algo engañoso visto el dominio desde el comienzo hasta el final del conjunto nervionense

Las sevillistas dominaron el juego desde el inicio, haciéndose con la posesión del balón mientras, en el centro del campo, las asturianas esperaban atrás para intentar sorprender al cuadro local con algún contragolpe aislado que finalmente no llegó. El que sí acertó fue el Sevilla, que tras un saque a balón parado se adelantó en el marcador gracias a un acertado remate de Amparo.

El primer tiempo finalizó con el marcador a favor para las hispalenses, que veían cómo por vez primera en la temporada la superioridad en el terreno de juego se reflejaba también en el marcador. Tras la reanudación, el once blanco volvió a repetir la jugada a balón parado y acertó de nuevo, otra ves por mediación de Amparo, que casi dejaba sentenciado al choque en el minuto 51 gracias al permisivo juego aéreo visitante.

Las del Principado intentaron a partir de ese momento acercarse más a la portería de Raquel, inédita en lo que llevaba de encuentro debido al poco poder ofensivo de su rival. Del Río acortaría distancias cuando todavía quedaba tiempo para que el encuentro tomara una dirección diferente, pero se trató de un espejismo. El Sevilla siguió controlando el partido hasta llevarse los tres puntos, u logró un resultado que supone una dosis de moral para un equipo que merecía un empujón así.