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Vertebrados y a sorprender

  • El Sevilla se fió a su solidez en el eje, amarró y aguardó el fallo bético

Dejarse querer, parapetarse, dosificar y que la ansiedad por las urgencias del rival fuera situando el partido en el escenario propicio para asestar el golpe. Fue el plan trazado por Unai Emery después del esfuerzo del jueves anterior ante el Oporto. Esto es, dar descanso a Rakitic y Vitolo tras sus partidazos ante los chamuscados dragones lusos, meter a Trochowski como falso extremo derecho para apoyar al doble pivote defensivo, Iborra-M'Bia, y a la siniestra dejar a su aire a Reyes en busca de sus pases hacia la velocidad de Gameiro y la fuerza de Bacca a la espalda de la defensa bética. El plan le dio resultado una vez más.

Defensa

En la primera parte, Iborra y M'Bia se anclaron por delante de la zaga roja. De nuevo el Sevilla confió su suerte a una defensa posicional, sin salir a buscar al Betis y con el mínimo gasto físico posible. El problema fue que Trochowski, a su estilo, sí trabajó en el costado derecho y no le importó recibir la pelota en posiciones muy retrasadas. Pero a Reyes le costó tomarle el pulso al partido, si es que se lo tomó. El utrerano, que esperaba ser el incordio del Betis una vez más, se vio de repente en el papel de perro de presa para Juanfran y dimitió. El bético entró una y otra vez hasta la zona de Alberto Moreno con el apoyo de algún compañero para crear situaciones de dos contra uno. Ahí resultó primordial para la suerte del Sevilla el enorme trabajo de Carriço y Fazio en la anticipación, sobre todo por arriba, de los rematadores verdiblancos. Por abajo, la mayor rapidez de Rubén Castro o Baptistao les hizo ganar alguna pelota, pero siempre hubo alguna pierna sevillista presta a tapar el remate, como sucedió en los casos del goleador canario en esa volea que tapó Figueiras junto al palo derecho de Beto (minuto 68).

Ataque

En la primera parte, el decorado daba para ataques directos, en pocos toques y aguardando a que el Betis se destapara. La elaboración desde atrás fue nula, con los medios tan retraídos y las bandas sin proyección. se insinuó el plan en el minuto 9, con ese balón peinado por Bacca que a punto estuvo de cazar Gameiro ante Adán -Amaya tocó en última instancia-. Luego, la acción del penalti a Bacca que pitó Velasco Carballo. Una acción individual preñada de calidad pero que desnuda las carencias béticas en el eje.

En la segunda parte, Emery cambia de banda a Reyes en busca de su pase con tiralíneas a la espalda de una defensa que iba a arriesgar. En la izquierda, la proyección hacia el área de Vitolo. Pero la pieza que gestó muchos de los ataques fue M'Bia, que dio un oportuno paso adelante cuando el Betis se fracturó en dos.

Virtudes

La solidez del sistema, garantizada por el dominio de los centrales en su área y de los pivotes por delante. Arriba, gol garantizado.

Talón de aquiles

Poca salida cuando jugó ante 11.

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