No suele ser casualidad que un equipo se coloque líder de la categoría con tanta diferencia de puntos con respecto a sus perseguidores. El Sevilla Atlético lo comprobó ayer cuando, tras dominar a su adversario durante gran parte del tiempo y adelantarse en el marcador, vio cómo un magistral lanzamiento de falta le privaba de un triunfo que ya acariciaba con las manos. El empate a uno final dejó en la retina de los espectadores una sensación agridulce, pues se trataba del sexto partido consecutivo sin lograr un triunfo, aunque la nota positiva fue que el filial sevillista mejoró su juego con respecto a las citas precedentes.

Apasionante se presentaba el choque en la ciudad deportiva sevillista, con dos equipos que presentaban onces significativamente atractivos de cara al espectáculo: Juanjo y Brit suponían una garantía de gol por parte de cada bando, aunque la vuelta del numantino tras su lesión fue un fiasco; mientras que jugadores como Julio Álvarez, Carmelo, Armenteros o Pablo Sánchez presagiaban un gran despliegue de cualidades técnicas y atrevimiento ofensivo.

El encuentro comenzó con susto tras un fuerte choque entre Gallardo y Bolo que dejó al delantero visitante tendido en el suelo con una brecha en la cabeza, obligando a Arconada a dar entrada a Rafa Jordá en su sustitución. El cuadro de Fermín Galeote decidió hacerse con el dominio del balón desde el inicio, tratando de presionar a Julio Álvarez en el medio centro y frenar los intentos de un individualista Carmelo por el extremo. Pablo Sánchez se convirtió desde el primer cuarto de hora en el hombre más incisivo del Sevilla Atlético, volviendo loco a un Juanra que ya no sabía cómo frenarle.

Sin embargo, las ocasiones no fueron claras en los acercamientos de los locales, mientras que el líder se limitaba a intentar transformar un despeje improvisado en una jugada casual con Gorka Brit paseándose sin rumbo entre Lolo y el debutante Cala, muy convincente en la zaga sevillista. Juanjo lo intentó tras una jugada individual, y Lolo estuvo cerca del gol en un lanzamiento lejano, pero el descanso llegó como una pausa inevitable que invitaba a que cada bando ordenara ideas para buscar el triunfo con mejores argumentos. El segundo tiempo, sin duda, los tuvo.

El gol de Juanjo al cuarto de hora de la reanudación fue el reflejo de las buenas formas locales. El espigado ariete aprovechó un lanzamiento a balón parado botado por Salva Sevilla para peinar ante la inútil salida de Jacobo y adelantar al filial sevillista. Era el premio al esfuerzo por doblegar a un rival que había dado entrada a un centrocampista tras el descanso para dejar fuera a Brit y liberar a Julio Álvarez. Pero el adversario era el líder de la categoría, un equipo al que no se puede regalar una falta al borde del área cuando el encuentro está prácticamente dormido. Ahí apareció Julio Álvarez, el ex de Rayo Vallecano y Murcia que desaparece durante la mayor parte de los partidos pero deja un destello de brillantez en sólo un instante. Lo dejó enviando a la escuadra una falta que Javi Varas sólo pudo contemplar como un espectador. El gran trabajo del Sevilla Atlético se veía castigado con un empate que sólo despertó sonrisas cuando Redondo volvía a los terrenos de juego tras estar fuera diez meses. Era su día, pero no el del filial.