Víctor Fernández tiene claro lo que quiere y sigue buscando las claves de la mejora buscada en cada entrenamiento. Ayer volvió a insistir en la búsqueda del gol como mayor necesidad, aunque siguió haciendo especial hincapié en la velocidad de circulación del balón y los movimientos de los jugadores en el campo.

El entrenador maño repitió constantemente frases como "toque, toque" o "más movimiento" para motivar a los suyos en las transiciones y las posesiones para atacar. Especial atención tuvo el maño con dos futbolistas. El primero de ellos un Pavone rescatado para la causa y con hambre de minutos para solucionar el problema del gol. Precisamente por ello, Víctor trata de mimar al argentino en cada acción en la que se aproxima a la meta adversaria. La contribución de Pavone en los próximos encuentros podría ser clave para que el cuadro bético ponga remedio a la falta de pegada arriba.

Otro jugador que recibió numerosas indicaciones en la sesión de ayer fue Arzu, que a priori estará finalmente sobre el césped del Cartagonova. Durante el partidillo actuó durante mucho tiempo en la zona más adelantada del centro del campo de uno de los equipos construidos. La intención: mejorar la capacidad creativa en los últimos metros del ataque bético. "El último pase es lo que convierte a un buen futbolista en un gran futbolista", advertía Víctor Fernández a sus medios mientras éstos abandonaban el campo de la ciudad deportiva. Pocas dudas quedan sobre las intenciones del técnico verdiblanco para buscar soluciones a la principal carencia del equipo.