Real betis

La Zarzuela fue La Palmera

  • Don Juan Carlos recibió en audiencia a la expedición bética, que vivió un día inolvidable para su centenario· Lopera no acudió al acto al sufrir una indisposición en el viaje en AVE

Desde los tiempos de la primigenia comisión del centenario, un acto venía marcado en el calendario del Betis para celebrar con honores la efemérides del club, la audiencia del rey Juan Carlos en el Palacio de la Zarzuela. Finalmente, y tras numerosas gestiones por parte de los encargados de preparar el centenario, la recepción a los 55 representantes béticos se completó con éxito.

La expedición verdiblanca comenzó el día dividida en dos partes. Por un lado, en Madrid pernoctó el grueso del grupo que se desplazó directamente el domingo por la noche desde Palma de Mallorca. El resto de consejeros y jugadores que no aparecieron en la convocatoria partió desde Santa Justa a primera hora de la mañana y ahí tendría lugar la noticia más desagradable de la jornada.

Manuel Ruiz de Lopera, que encabezaba la expedición desde la capital hispalense, se sintió indispuesto durante el trayecto del AVE e incluso tuvo que ser atendido por José María Montiel y Tomás Calero. Un problema cervical provocó mareos y vómitos al máximo accionista, que se vio obligado a desplazarse al Centro Colón, su domicilio en la capital de España, donde pasaría la noche por recomendación médica.

Con la ausencia del consejero delegado, que se quedó acompañado de Guillermo Molina y el propio Montiel, el resto de la expedición se trasladó a la Zarzuela en dos autobuses, para llegar con puntualidad a la cita con el Rey, que los esperaba con alguna que otra sorpresa.

El monarca, que guarda especial vinculación con el equipo bético por el cariño que su madre, doña María de las Mercedes, profesaba al Betis, sorprendió a la comitiva bética al presentarse con una insignia del club en la solapa de su traje. Precisamente, uno de los regalos que el Betis haría entrega al Rey sería la insignia de oro y brillantes del club, lo que provocó que el monarca pidiera a José León, en calidad de presidente del betis, que se la colocara para sustituir la que él se había colocado con anterioridad.

León presentó al resto de consejeros y cuerpo técnico al monarca, que tuvo una especial complicidad con el entrenador, Paco Chaparro. Posteriormente, éste haría lo propio con los jugadores, que también recibieron las muestras de apoyo del Rey. Además, el Jefe del Estado, bromeó con algunos de ellos e incluso departió en portugués con Ricardo, ya que su vinculación con el país luso le viene de los tiempos de exilio de su padre en Estoril.

Dos momentos se vivieron con especial emoción en el acto. El primero fue el cariñoso abrazo del monarca al presidente bético, cuando éste finalizó su discurso, en el que recordó la relación de la casa real con el Betis y que finalizó con un ¡Viva el rey!, algo previsto en su alocución. El segundo sería cuando Gregorio Conejo le recordó al Rey la presencia de José Ramón Esnaola, entrenador de porteros y héroe en la primera Copa del Rey, algo que al monarca le hizo especial ilusión. "¡Pero si está igual que entonces!", exclamó el monarca, algo acogido con especial simpatía por los presentes. El Betis vivió su día más emotivo con la audiencia real, que puso el broche de oro a los cien años de historia de la entidad.

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