Sevilla - Oporto · informe del rival

La altísima competición como hábitat

  • Los dragones no tienen el talento de otros años, pero sí un intenso ritmo y profundidad por fuera. Su zaga tiene más nivel que experiencia.

El Oporto es uno de esos nobles clubes europeos que juegan la Champions, y se asoman a los cruces definitivos, con la misma naturalidad que se hacen la foto de familia antes de que la temporada arranque. Seis títulos continentales adornan sus atiborradas vitrinas, entre ellos dos Ligas de Campeones (1986-87 y 2003-2004) y dos Copas de la UEFA (2002-03 y 2010-11). No obstante, el gran dominador del fútbol luso en las últimas décadas no atraviesa su año más boyante, ni mucho menos. Quedó apeado de la Champions al ser tercero, y gracias, en el Grupo G. Pasaron Atlético (16 puntos) y Zenit (6), mientras que el Oporto fue tercero, pero empatado a puntos con el cuarto, el modesto Austria Viena. Y con sólo cinco puntitos. En la Liga Sagres no tiene ninguna opción: es tercero a 15 puntos del líder, el Benfica. Pero su gen europeo lo hace competir cuando cruza la frontera. El Nápoles lo sabe.

Sin balón

Los laterales -uno de los sellos de aquel Oporto tan campeón con Mourinho, en 2003 y 2004, con Paulo Ferreira y Nuno Valente- son muy ofensivos, pero por delante de los centrales bascula y despliega su arrebatador físico Fernando. Es la pieza clave del sistema de Luis Castro. Con su fortaleza física, su recorrido y su sentido táctico, procura equilibrio colectivo. Él lleva la voz de mando para que el colectivo empuje al unísono y apriete arriba, como se vio en el partido de ida. Por ello, su baja supone un grave problema para los blanquiazules. Defour tendrá que anclarse más junto con Carlos Eduardo.

En la retaguardia, la pieza maestra, Mangala, tiene sólo 23 años. Pero es que los otros tres no son mayores que él. Junto al imponente central francés, a su derecha, actuará el mexicano Diego Reyes, un zaguero longilíneo, muy alto y fino, que tiene buen trato de balón y domina, al igual que el galo, el juego aéreo. En Do Dragao, el Oporto plantó la línea lejos de su portero Fabiano y fue muy agresivo arriba, pero en Nervión será distinto. El 1-0 a favor los hará dejarse querer para sentenciar con un gol a la contra. Y más con la ausencia del rey de las coberturas, Fernando.

Con balón

Circulación de balón frenética, juego muy abierto por las bandas, con Danilo desdoblando a Varela por la derecha y Alex Sandro a Quaresma por la izquierda. Pero más intensidad que clarividencia en la combinación entre líneas y la búsqueda del último pase, dada la anarquía de jugadores como Quaresma y Quintero, con enormes aptitudes técnicas y no tanto sentido del juego colectivo. Arriba, Jackson Martínez es el killer y hoy no estará, aunque Ghilas es peligroso.

Lo mejor

Su carácter competitivo en citas de fuste está asegurado. Y más cuando nada a favor de corriente, como hoy sucederá con ese gol de Mangala. Su orden táctico y su sincronía colectiva compensa un talento técnico menor que el de años precedentes.

Lo peor

Puede acusar la bisoñez de su línea defensiva si el Sevilla tiene ritmo de balón y Rakitic, Reyes o Marin están enchufados.

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