Granada-Sevilla FC

A la altura de un colista (2-1)

  • El Sevilla firma su actuación más gris del presente curso y cae con justicia en su visita al endeble Granada. Sampaoli pensó en este partido, pero sus jugadores lo hicieron en el Lyon.

Bajonazo en las expectativas del Sevilla de Jorge Sampaoli. Tanto hablar antes de tiempo del segundo puesto de la clasificación, dependiendo del resultado del Barcelona-Real Madrid, y el equipo nervionense mostró su peor cara del curso en su visita al Granada, hasta entonces colista de la categoría. Lógicamente, cayó derrotado y lo hizo por su propia incapacidad en las vísperas de una de las citas más trascendentes del ejercicio. Tal vez ese litigio contra el Lyon, anunciado para el próximo miércoles en la ciudad francesa, tuviera mucho que ver con el pobrísimo nivel enseñado por los futbolistas que vestían amarillo albero, pero tampoco debería servirles como excusa para justificar semejante mezcla de incapacidad y desidia.  

Porque hay que puntualizar con celeridad que Sampaoli no se guardó absolutamente nada con vistas a ese partido a vida o muerte con el Lyon en la Liga de Campeones. El argentino puso sobre el césped del Nuevo Los Cármenes a todos los futbolistas teóricamente titulares que tenía a su disposición, además de darle la camiseta a su compatriota Correa por los méritos contraídos en la cita copera contra el Formentera. El mensaje del entrenador, por tanto, no era conformista, ni muchísimo menos, pero la respuesta que halló en sus pupilos no pudo ser más decepcionante a la hora de realizar el balance global de la cita con el colista. Y no se es repetitivo cuando se insiste en la palabra colista porque el Granada, hasta ahora, había acumulado sólo 5 puntos en su casillero por ser un equipo tremendamente dadivoso en la zona de atrás.

Pareja saca una pelota ante la presión de Carcerla. Pareja saca una pelota ante la presión de Carcerla.

Pareja saca una pelota ante la presión de Carcerla. / Álex Cámara

El problema es que ese mensaje de Sampaoli no caló en unos deportistas con la cabeza distraída en otra batalla a la que ellos les dan mucha más trascendencia mediática. Se trata de la Liga de Campeones y, por culpa de ese gol de Tolisso en Turín, los focos ya estaban todos puestos en Lyon. Eso provocó que muchos futbolistas del Sevilla estuvieran con la cabeza en otro lado. Particularmente llamativo fue el juego de N’Zonzi y de Rami. Son los dos elementos de la alineación que jugarán el miércoles en su país natal y puede ser una casualidad, o no, pero ambos rindieron muchos puntos por debajo de lo que han mostrado hasta el momento. Tanto que tuvieron una elevada cuota de responsabilidad en el desastre generalizado desde su mala participación en el gol que adelantó al Granada en el marcador. N’Zonzi perdió la pelota y ni siquiera hizo por volver hacia atrás para recuperarla; Rami se olvidó de la marca dentro del área para ponerle muy fácil el remate a un Andreas Pereira que prácticamente golpeaba la pelota como si la portería estuviera completamente vacía.

Es el momento en el que el Sevilla empieza a perder el partido en Granada, aunque aún quedaba un mundo por delante, nada más y nada menos que una hora enterita contra el colista para haberle dado la vuelta a aquello. El cuadro de Sampaoli, en los movimientos de piezas habituales del técnico, arrancaba con cuatro defensas atrás, con Mercado en el lateral izquierdo, y eso provocaba que toda la profundidad estuviera en la derecha por parte de Mariano y que el fútbol se volcara hacia este lado. El Granada, mientras, partió con intensidad y con presión a la salida del balón para asustar algo en el arranque.

Vitolo conduce un ataque. Vitolo conduce un ataque.

Vitolo conduce un ataque. / Álex Cámara

Pero eso duró muy poco y después se entró en una fase de completo dominio del Sevilla. Pero ya se pudo ver ahí el problema ofensivo de este equipo. El Granada prácticamente le regalaba las opciones de hacerle daño, pero los visitantes, con Vietto, Correa y Franco Vázquez dando muestra de una inocencia desesperante, jamás sacaban ventaja de ello. Llamativo fueron dos malos controles de Vietto y Correa cuando podían plantarse solos delante de Ochoa. Fueron algunas de las no oportunidades por impericia de los delanteros forasteros.

Sí tuvo algo más de peligro un cabezazo de Correa nada más marcar Andreas Pereira y un disparo de Mariano que salvó Lombán bajo los palos poco antes del descanso. Se esperaba mucho más del Sevilla tras el intermedio, pero esta vez Sampaoli tardó en mover el árbol y los suyos seguían igual de fallones cuando les regalaban las ocasiones los defensas del Granada. El mejor ejemplo fue el disparo alto de Vitolo tras dejarle la pelota con todo a favor Gabriel Silva. Y así llegó el 2-0 para que el Lyon se agigantara en el pensamiento de un Sevilla que se olvidó de la obsesiva conseja del partido a partido. Jugaron los titulares, pero con la cabeza en otra parte. Mala cosa hacer el ridículo contra el colista precisamente en las vísperas de un examen tan definitivo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios